Desde que la crisis financiera que atraviesa el sistema de pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS) empezó a ser noticia, sus caras y nombres aparecieron en los principales medios de comunicación del país. Se trata de los actuarios, que se dedican a calcular las probabilidades, utilizando la estadística y la matemática financiera.
Elzebir de Castillero, Marianela Morales, Helly Quirós de Sosa, Ricardo Fábrega o Dino Mon son los más conocidos actuarios del país.
Así, cuando alguien proponía en la mesa del diálogo -creada por el presidente Martín Torrijos para enfrentar el generalizado rechazo a la propuesta gubernamental- algún cambio en lo que se conoce como “variables paramétricas” –edad de jubilación y cuotas–, allí estaban ellos para explicar con cuadros y cifras el impacto de tal propuesta. “Si hace aquello se le puede complicar esto”, era la inmediata reacción de los actuarios.
Detrás del diálogo, detrás de las presentaciones de la dirección de la Caja o del Consejo Nacional de la Empresa Privada, estuvieron permanentemente estos inquietantes personajes de bajo perfil. Y es que a pesar que no les gusta aparecer en la prensa, cualquier decisión política que se tomara sobre el futuro de la CSS requería de su opinión técnica.
“Un actuario es aquel profesional que analiza los factores financieros y demográficos para establecer los costos que pueda tener un beneficio”, explica Ricardo Fábrega, un profesional de la materia de 75 años de edad y con experiencia en el sector público y privado.
Al parecer pues, los actuarios le ponen precio a los riesgos futuros. Sus numeritos y proyecciones requieren de una formación en matemática y en estadística. Igualmente deben estar al día en las tendencias de negocios, ciencias sociales, economía y leyes.
Todavía ayer, las actuarias Castillero y Morales explicaban –esta vez a los diputados– las implicaciones del nuevo modelo de pensiones. En tanto Quirós y Mon –desde la empresa privada– tuvieron un papel destacado en la consejería del sector empresarial, que al final logró introducir el concepto de cuentas individuales obligatorias a partir de 2008 para los nuevos asegurados.
Cuando las nuevas normas se apliquen, los actuarios empezarán su callada labor para saber si sus predicciones de cumplieron o no.
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La propuesta de ley de reforma a la seguridad social que se discute en la Asamblea, establece la creación de una junta técnica actuarial, como un organismo independiente cuyos miembros serían designados por el Ejecutivo de una lista de profesionales presentados por la Junta Directiva de la Caja. Su papel es llevar a cabo auditorías actuariales periódicas al programa de pensiones conocido como Invalidez, Vejez y Muerte. La junta estará conformada por tres actuarios de experiencia en el ramo de vida y/o seguros sociales, cuyo nombramiento será por nueve años.
Cada año presentarán un informe que deberá basarse en factores económicos, sociales y biométricos, expectativa de vida, rendimientos de las inversiones, número de cuotas aportadas por nuevos pensionados y el valor matemático de las pensiones en curso.
En caso de que se encuentren problemas, deben hacer las recomendaciones pertinentes y la Junta Directiva de la Caja tendrá 90 días para ejecutar las medidas correctivas o proponer cambios legales.