En los últimos años, el deporte ha servido como escenario de influencias políticas: primero fueron las federaciones de béisbol, después las de fútbol, seguidas por las de voleibol y baloncesto. Ahora, ese poder ha migrado: las bandas independientes se han convertido en el nuevo feudo político de los diputados, quienes, bajo el amparo legislativo, han comenzado a tejer vínculos y alianzas con estos grupos clave.
El caso más reciente ocurrió en la Asamblea Nacional, cuando el diputado suplente Benicio Robinson hijo presentó una propuesta de ley con el fin de establecer un marco legal y cultural para las bandas musicales independientes de la República de Panamá, instituir su festival y crear su patronato.
La propuesta llama la atención pues, además de buscar miles de dólares para estos grupos, el proponente es también presidente de la Federación Nacional de Bandas Independientes de Panamá.
El anteproyecto de ley contempla una cifra que no pasa desapercibida: el Estado destinaría el 0.001% del Producto Interno Bruto (PIB) nominal, con un crecimiento proyectado del 6% anual, para financiar el Patronato de Bandas Independientes que administrará este movimiento cultural. Aunque la propuesta lo justifica como una inversión en cultura y economía creativa, no deja de despertar suspicacias.
El beneficio
Para tener una idea, el PIB nominal de Panamá se estimó en 86,300 millones de dólares en 2024; con ello, el 0.001% equivale a 863 mil dólares, una cifra que supera ampliamente el presupuesto anual de muchas instituciones públicas de alcance local. La propuesta de ley asegura que, con ese aporte inicial, sumado a donaciones privadas y fondos de autogestión, se garantizaría la sostenibilidad de las agrupaciones y del festival anual de octubre.
En la exposición de motivos, el proponente resalta que las bandas independientes generan alrededor de 25 millones de balboas al año y reúnen a más de 25 mil músicos. Esa cifra, aunque llamativa, contrasta con la falta de estudios oficiales que la respalden.
El Patronato de Bandas Independientes, según el proyecto, estaría integrado por representantes de ministerios, de la Cámara de Comercio y de federaciones de bandas con al menos diez años de trayectoria.
¿Transparencia?
Además del financiamiento directo, la propuesta contempla la creación de un Fondo de Desarrollo de Bandas Independientes, nutrido con el excedente operativo administrado por el patronato. La intención declarada es distribuir esos recursos de manera equitativa y sostenible entre las federaciones registradas, de modo que puedan financiar sus operaciones.
El fondo se alimentará del propio patrimonio y de los ingresos del patronato, lo que lo convierte en un mecanismo paralelo de redistribución, aunque con el riesgo de replicar viejas prácticas clientelistas si no se establecen controles claros de transparencia.

El documento promete transparencia mediante informes anuales auditados por la Contraloría y por firmas privadas, pero la experiencia panameña con patronatos y fundaciones mixtas muestra que la fiscalización suele ser insuficiente.
Las bandas de música independientes surgieron a partir de los años cincuenta. Actualmente, se estima que en el país existen más de 60 bandas musicales independientes, las cuales reúnen aproximadamente a 25,000 miembros activos, y muchas de ellas están organizadas en federaciones nacionales con estructura a nivel nacional.


