El viernes pasado, en la misma semana que Ricardo Martinelli fue condenado a 10 años y 8 meses de prisión y al pago de una multa de $19.2 millones por blanqueo de capitales, se llevó a cabo la elección de la nueva directiva y del Tribunal de Honor del Colegio Nacional de Abogados (CNA). Aunque desde hace mucho la colegiatura no es obligatoria para los profesionales del derecho, durante los últimos 93 años el CNA ha sido el principal gremio de los abogados de nuestro país. ¿Cuál es la razón de su importancia? No necesariamente se debe a que tenga un puesto en la Comisión de Estado por la Justicia o en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Eso, aunque importante, no es tan transcendente como el hecho de que la organización tiene atribuciones que pueden impactar incluso en el ejercicio de aquellos abogados que no están agremiados, que son la enorme mayoría. Por ejemplo, de acuerdo con la Ley 350 de 2022, que entró en vigor hace cuatro meses, su Tribunal de Honor puede pedir a la Sala Cuarta de la Corte Suprema de Justicia que llame a sus colegas a juicio por presuntas faltas a la ética y los castigue con sanciones que van desde la amonestación escrita hasta la suspensión del derecho a ejercer la profesión (en algunos casos, hasta por más de tres años). Y esa solicitud puede referirse a cualquiera que tenga idoneidad para ejercer la abogacía, incluyendo magistrados, procuradores, jueces y fiscales.
Para sorpresa de muchos, lo primero que hizo la recién electa presidenta del CNA fue posar con quien ahora sospechamos es su posible patrocinador, aunque también posó con otros aspirantes a la presidencia de la República, como Rómulo Roux y José Blandón, pero ellos sí son abogados. Parece que Martinelli se guarecía en un restaurante adyacente, hasta retratarse con la elegida y algunos exconvictos, condenados, acusados, manzanillos, etc., que son parte de su entourage. ¿Acaso ha quedado el CNA al servicio del crimen? ¿Qué significado tiene esto para la población panameña en un año preelectoral, en el que participa una persona que, además, ya ha sido designada como corrupto por autoridades de otros países? En estos momentos es difícil saberlo, pero es fácil imaginarlo. Quizá se acaba de abrir un nuevo frente de batalla para aquellos que quieren hacer las cosas conforme a la ley, sobre todo en puestos clave de combate a la corrupción e investigación criminal. Ya veremos los comunicados del CNA en apoyo a las teorías descabelladas de Martinelli y su equipo legal y -lo peor- haciéndolo en nombre de un montón de agremiados que probablemente no estará de acuerdo con nada de eso.
Este señor tiene la extraña característica de que, cuando uno piensa que en esa enorme bolsa de basura en que nos ha sumido a todos no cabe una pieza más de desperdicios en descomposición, nos trae uno nuevo. Así sucede ahora con el CNA. Ojalá en 9 días, cuando inicia el juicio por las coimas de Odebrecht, alguien cierre esa bolsa pestilente de una vez por todas.
