En el marco de los actos protocolares celebrados en Boquete, Chiriquí, el presidente José Raúl Mulino ofreció un discurso centrado en la política exterior, la seguridad y la recuperación económica del país.
Durante su intervención, el mandatario afirmó que “Panamá está fuerte, somos un país independiente” y destacó que, más allá de las diferencias internas, el país mantiene “relaciones abiertas y fuertes con otras naciones”.
También subrayó avances en proyectos como la interconexión eléctrica con Colombia y los procesos de integración con bloques regionales.
Mulino insistió en que su gestión exterior tiene como objetivo reposicionar al país en el ámbito global. “Mi trabajo en materia internacional tiene la finalidad de devolverle a Panamá el respeto internacional, la confianza de los inversores y la apertura del país”, sostuvo.
El presidente señaló que esta estrategia busca atraer negocios y turismo, pilares que considera fundamentales para impulsar la economía nacional.

En un tono firme, el presidente defendió las decisiones que ha tomado en el ámbito migratorio, describiéndolas como “muy duras pero necesarias y con sentido de patria”.
Aseguró haber puesto fin al descontrol migratorio en Darién, al cual definió como una amenaza tanto para la seguridad como para la estabilidad económica del país.
Además, recalcó que su administración “expulsó y deportó a quienes no debían estar en nuestro territorio por incumplir la ley y por no respetar nuestros valores patrios”.
El mandatario también dedicó parte de su discurso a criticar el estado en el que, según dijo, recibió la administración pública.
Afirmó que su gobierno continúa “ordenando las finanzas” y reactivando obras paralizadas desde hace años.

Frente a esta realidad, cuestionó a quienes dejaron al país con infraestructuras básicas deterioradas: “Miren lo que le han hecho a Panamá… roza la traición a la patria, dejando al abandono hospitales, potabilizadoras, escuelas y caminos”.
Al referirse al rumbo económico, Mulino reconoció que el país aún no alcanza el dinamismo esperado, pero llamó a la población a mantener la confianza. “Hoy con muchísimo esfuerzo estamos carreteando para poder despegar, pero es el camino correcto”, aseguró.
Advirtió además que Panamá no puede volver al “jueguito populista que nos ha llevado al borde del abismo”, y celebró que los indicadores macroeconómicos actuales ofrezcan bases sólidas para el próximo año.
El presidente adelantó que en 2025 podrían observarse mejoras más tangibles para la población. Según expresó, “empezaremos a ver mejoras en la microeconomía, en los consumidores, en las tiendas, en los negocios y en las oportunidades”.
Con optimismo, proyectó que 2026 y 2027 traerán resultados aún más favorables para el país, rompiendo con la tendencia negativa de los últimos años.
Durante su mensaje, Mulino también destacó la inversión prevista para 2026, que asciende a “11,200 millones de dólares”, cifra que calificó como histórica. Señaló que estos recursos estarán destinados a áreas prioritarias como salud, educación y acceso al agua.
“Esa suma de dinero nunca antes incluida en un presupuesto de la nación servirá para ayudar a las distintas poblaciones del país”, afirmó, reiterando que cuando los fondos públicos se administran con transparencia, “el país alcanza”.
Finalmente, el presidente dedicó palabras de reconocimiento a los agricultores y trabajadores rurales, especialmente de las zonas altas de Chiriquí.
Destacó su aporte a la producción nacional y agradeció su esfuerzo diario: “De sol a sol cultivan la tierra, cosechan los productos y los rinden punto a punto; Panamá se lo agradece”.

