El ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, brindó detalles sobre los hallazgos en la cuenca del río La Villa, fuente de agua para más de 200 mil personas en la península de Azuero, la cual se encuentra en estado crítico. Según explicó el titular de MiAmbiente, las causas del deterioro van desde la deforestación en las riberas hasta el vertido directo de aguas negras y desechos porcinos en los cauces.
“Como saben todos, hemos estado viviendo una grave problemática en Azuero por la contaminación ambiental, a su vez de la cuenca del río La Villa y su afluente, el río Estibaná”, declaró Navarro al presentar un informe técnico. Imágenes satelitales, análisis de laboratorio y giras de campo revelan un desastre acumulado durante al menos dos décadas. El Ministerio de Ambiente ha identificado 36 puntos de vertimiento, de los cuales 23 son considerados críticos.

Entre las fuentes de contaminación más agresivas está la porcinocultura. El ministro detalló que se hallaron 16 granjas que no cumplían con las normas ambientales, de las cuales ocho ya están en proceso de adecuación.
“Se obligaba y se exigía al porcinocultor tomar medidas inmediatas para mitigar el daño que se estaba haciendo, permitiendo que fluyeran aguas contaminadas directamente al río La Villa”, señaló. Una de esas granjas fue cerrada de forma definitiva.

Las imágenes comparativas de 2003 y 2025 muestran cómo algunas lagunas de oxidación, construidas sobre el mismo cauce natural, se desbordan durante las lluvias. “Esa quebrada crece... y lleva el contenido de la laguna de oxidación directamente al río Estibaná o al río La Villa. O sea, esta es una receta para el desastre ambiental”, advirtió Navarro.
Otro factor que ha agravado el panorama es la descarga ilegal de aguas negras domésticas. El ministro apuntó directamente a barriadas cuyos residuos “se están vertiendo aguas arriba, la totalidad de sus aguas servidas al cauce del río La Villa”. También mencionó un vertedero a cielo abierto en Macaracas, cuyos lixiviados llegan sin tratamiento al Estibaná. “Esto es lo que hemos encontrado. Es importante que todos tomemos conciencia de que este problema existe y ha existido durante los últimos 20 años”.
Las consecuencias han alcanzado a las plantas potabilizadoras del Idaan. Navarro fue enfático: “Esto, aguas arriba de las tomas de agua de las dos potabilizadoras del Idaan... son prácticas salvajes, ilegales, absolutamente inaceptables en cualquier país civilizado del mundo”. La salud pública está en juego, advirtió el funcionario, señalando que el río abastece a poblaciones como La Villa y Chitré.

Además de la porcinocultura y las aguas residuales, se identificaron conexiones ilegales a sistemas pluviales y extracciones clandestinas de agua subterránea. “Ha habido hasta ahora una situación de completa anarquía en el uso del agua”, afirmó Navarro. El ministerio busca ahora enfrentar esta crisis con “ciencia, tecnología y medidas inmediatas”.
“No podemos seguir tratando los ríos como basureros biológicos... No puede ser, y ya estamos viendo señales de que esto no puede continuar”, dijo el funcionario.
Plantas al 100 %, pero agua no apta para el consumo
El director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), Rutilio Villarreal, reconoció este lunes que las plantas potabilizadoras afectadas por la contaminación del río La Villa —entre ellas Macaracas, Llano de Piedra, Roberto Reyna y Rufina Alfaro— están operando al 100 % de su capacidad.
Sin embargo, advirtió que el agua distribuida por la red sigue sin ser apta para el consumo humano. Villarreal reiteró que la población debe hervir el agua entre tres y cinco minutos antes de consumirla, mientras continúa la distribución de agua potable en carros cisterna desde las plantas de Santiago y Aguadulce.

Aunque durante la semana pasada se registró una leve mejoría en los niveles de nemátodos detectados en el agua cruda del río La Villa, una reciente lluvia en Macaracas —zona señalada como uno de los focos de contaminación— reactivó las alarmas. Según Villarreal, el comportamiento de la precipitación es directamente proporcional a los niveles de turbidez y contaminación orgánica que reciben las plantas.
Hasta la fecha, no se han encontrado nemátodos vivos en la red de distribución, pero sí restos de organismos muertos. A lo largo de 20 días de crisis, el Idaan ha repartido más de seis millones de galones de agua potable y 650 mil unidades de agua embotellada, con apoyo del Gobierno, empresas privadas y ganaderos locales que han cedido sus pozos para recargar los camiones cisterna.
Las autoridades aseguraron que se aplicarán sanciones de hasta 10 mil dólares “sin contemplación” a todos los implicados en la contaminación.