Desde que Maura Brescia de Val, escritora y periodista chilena, vino a la Feria del Libro, en junio pasado, la historia de la destrucción de la ciudad de Panamá no es la misma. Ella asegura que el ataque del pirata inglés Henry Morgan fue el 28 de agosto de 1670 y no el 28 de enero de 1671 como relatan las crónicas coloniales.
Brescia de Val se basa en la información que proviene del cronista más próximo a Morgan, el médico ("sangrador") de los piratas de El Caribe, llamado John Esquemeling, quien publicó el libro más importante que se conoce sobre la piratería: The Buccaneers of America (Los piratas de América)
Esquemeling participó en todas las correrías de Morgan, de Bartholomew Sharp y de Francois L’Ollonais, de 1665 a 1685. Cada una de sus aventuras quedó plasmada en sus crónicas.
La controversia
"La fecha de destrucción de Panamá La Vieja fue el 28 de agosto de 1670, y no el 28 de enero de 1671, como afirmó el historiador Ernesto J. Castillero Reyes, en su libro Leyendas e Historias de Panamá La Vieja, primera edición de 1950 y segunda edición de 1998", afirmó.
Castillero Reyes, agregó Brescia, en ambas versiones de su libro publica dos distintas fechas de la destrucción de la ciudad. En una parte menciona 1670 (sin decir la fecha), y más adelante afirma que Morgan destruyó Panamá La Vieja el 28 de enero de 1671.
"Este error histórico (de 1671) aparece en todos los carteles colocados en los monumentos que hay en Panamá La Vieja, y que leen todos los turistas que visitan las ruinas", añadió.
Maura Brescia de Val no es ninguna inexperta en estos menesteres. Tiene más de 20 años en el campo de investigación de piratas, corsarios y filibusteros del Caribe, la isla de Tortuga y el Océano Pacífico. Su primer libro, publicado en 1982 se tituló Mares de Leyenda y en él se relata la época de oro de la piratería del siglo XVII. Es autora de otras publicaciones como Selkirk–Robinson: el Mito. Ella vivió por mucho tiempo en la isla Robinson Crusoe, a 700 kilómetros de las costas de Chile, en el archipiélago Juan Fernández, al que llegaron vía el Estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos los más sanguinarios piratas, para recalar en su Bahía Cumberland, enfermos de escorbuto por la larga travesía. La historiadora pertenece a la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.
Consultado el historiador panameño Alfredo Castillero Calvo dijo que en los próximos días rebatirá la versión de Brescia.
El ataque
La historia dice que Morgan salió el 18 de agosto de 1670 del Castillo de San Lorenzo, en el río Chagres, con mil 200 corsarios por tierra y canoas. Durante la travesía sufrieron ataques de los indígenas, quienes les gritaban "¡perros, a las sabanas".
John Esquemeling narra que el noveno día divisaron el Mar del Sur (Pacífico); desde allí vieron la ciudad de Panamá. Había llegado la hora decisiva. Sonaron trompetas y tambores.
Una guarnición del gobernador de Panamá, Juan Pérez de Guzmán, llegó a conversar con Morgan. No hubo acuerdos y los soldados ibéricos se despidieron con un insulto: "perros, nos veremos".
Inmediatamente, Morgan mandó a sus hombres a limpiar los mosquetes. El 28 de agosto de 1670 en la entrada de la ciudad hubo una batalla sangrienta. Al grito de "¡viva el rey!" la caballería española embistió a los piratas, pero los tiradores de Morgan y lo pantanoso del campo acabaron con sus intenciones de detener a los corsarios. Los españoles lanzaron 200 toros contra el enemigo, pero al final las bestias se asustaron con el estruendo de la batalla.
Murieron centenares de españoles y gran cantidad de caballos. Después del ataque pasaron por las armas a soldados, frailes, civiles, negros e indígenas. La ciudad, que era el orgullo de la corona española en el Pacífico, quedó reducida a un enorme huerto de fuego.
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