El presidente de la República, José Raúl Mulino, terminó enfrentando un conflicto que, en un primer momento, había deslindado como ajeno a su competencia directa.
La demolición del monumento a los 150 años de la presencia china en Panamá, ubicado en el Mirador del Puente de las Américas, se convirtió en un episodio que escaló desde una decisión municipal hasta una controversia de alcance nacional, diplomático y cultural, obligando al Ejecutivo a pronunciarse en varias ocasiones y a ordenar acciones correctivas.
La noche del sábado 27 de diciembre, excavadoras ingresaron al área del mirador del Puente de las Américas y demolieron el monumento chino, así como estructuras asociadas al mirador.
La operación, coordinada por la alcaldesa de Arraiján, Stefany Dayan Peñalba, se ejecutó sin anuncio público previo, sin consulta conocida con la comunidad afectada y en horario nocturno.

Videos difundidos en redes sociales mostraron maquinaria pesada derribando el conjunto arquitectónico mientras ciudadanos observaban desde la distancia. Algunos de los agentes municipales que participaron en el operativo llevaban el rostro cubierto.
La Policía Nacional aclaró mediante un comunicado que sus agentes no participaron.
Algo de historia
El monumento había sido inaugurado en 2007, con motivo de los 150 años de la presencia china en Panamá, y simbolizaba el aporte histórico, social y económico de esta comunidad al país.
El área del mirador forma parte de un espacio emblemático vinculado históricamente al Puente de las Américas, construido entre 1958 y 1962 por Estados Unidos —conocido originalmente como Puente Thatcher—, una de las principales obras de infraestructura del país y símbolo de la conexión territorial panameña.
Desde 2004, el sitio fue objeto de intervenciones urbanas y paisajísticas orientadas a convertirlo en un punto turístico y de contemplación.

La instalación del monumento chino se dio en ese marco, como reconocimiento a una comunidad con más de 170 años de presencia en Panamá, aunque la estructura no contaba con declaratoria formal de patrimonio histórico.
Reacción china
La primera reacción pública y directa vino de la embajadora de China en Panamá, Xu Xueyuan, quien se trasladó personalmente al lugar la misma noche de la demolición.
La diplomática encabezó a miembros de la comunidad china que intentaron resguardar los restos del monumento, sin éxito.
Posteriormente, la embajadora reveló que en mayo de 2025 había ofrecido apoyo técnico y financiero para la restauración del monumento, ante señales de deterioro, sin recibir respuesta de las autoridades locales.
Horas después, la alcaldesa de Arraiján, Stefany Dayan Peñalba, asumió la responsabilidad de la demolición y defendió la medida como una decisión técnica, preventiva y legal, sustentada en informes de la Dirección de Obras y Construcciones del municipio.
Alegó riesgos estructurales y problemas de seguridad para los visitantes.
No obstante, la alcaldesa no presentó públicamente los informes técnicos completos ni explicó por qué no se exploraron alternativas como la restauración, el refuerzo estructural o el diálogo previo con la comunidad china y el Ministerio de Cultura.

Su mensaje, difundido en redes sociales, incluyó la frase: “A los que se están aprovechando, dejen de estar pescando en río revuelto”, lo que intensificó las críticas.
Águilas sobre el Canal
Hay que recordar que el 24 de julio pasado, durante una conferencia de prensa, Mulino había sido consultado por un periodista de The Washington Post sobre el futuro del monumento, ante la preocupación de la comunidad china por la falta de renovación del convenio municipal que respaldaba su permanencia.
Mulino respondió entonces que se trataba de un asunto de competencia municipal, deslindando responsabilidad del Ejecutivo. De hecho, se burló de quienes observaban un tema geopolítico China-EUA.
La respuesta se produjo mientras el Gobierno panameño enfrentaba una coyuntura diplomática compleja, marcada por el endurecimiento del discurso del expresidente estadounidense Donald Trump contra China y la supuesta influencia “maligna” de Pekín alrededor del Canal de Panamá.
En ese contexto habían visitado el país y con la misma narrativa el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
Mulino asume
Sin embargo, tras la demolición nocturna del monumento el sábado 27 de diciembre y ante la magnitud de la reacción nacional e internacional —incluida la respuesta de la comunidad chino-panameña y de la embajada de China—, el presidente intervino públicamente en la mañana del domingo 28 de diciembre.
En un mensaje publicado en X, calificó la demolición como “imperdonable” y anunció una investigación.
No hay justificación alguna para la barbaridad cometida por la alcaldesa de Arraijan al derrumbar el monumento a la Comunidad China construido en el Puente de las Américas. Esa comunidad es tradicional en nuestro país con generaciones establecidas en nuestro país y merece todo…
— José Raúl Mulino (@JoseRaulMulino) December 28, 2025
Luego envió otro mensaje señalando que coordinaría con la ministra de Cultura, Maruja Herrera, cómo reconstruir el monumento, sin que ello dejara de lado la responsabilidad de la alcaldesa.
Pero las críticas no cesaron y, finalmente, la Presidencia emitió un comunicado en el que se comprometió a reconstruir el monumento en el mismo sitio.
Horas antes, la Cancillería, a cargo de Javier Martínez Acha, había emitido un comunicado para lamentar lo sucedido, en el que expresó su disposición a acompañar la búsqueda de un nuevo sitio digno para un monumento en honor a la comunidad china, en coordinación con sus representantes.
Incluso el alcalde del distrito de Panamá, Mayer Mizrachi, se manifestó en esa misma línea, aunque proponiendo que el nuevo monumento se ubicara en la capital.
Quiero proponerle a la comunidad China de Panama hacer un nuevo monumento en la ciudad capital que reconozca su cultura e impacto al desarrollo de Panama no solo de los últimos 170 años sino los próximos 170 también. No reemplaza el daño hecho, pero recalca que panama es…
— Mayer Mizrachi (@Mayer) December 28, 2025
Hubo pronunciamientos de diversos sectores y actores políticos, entre ellos la Asociación de Municipios de Panamá y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Herrera.
‘¿Por qué?’
La comunidad china ofreció una conferencia de prensa, en la que sus dirigentes exigieron respeto, reparación y garantías de que hechos similares no se repetirán.
Subrayaron que el daño no fue solo material, sino simbólico y emocional, al afectar un monumento que representaba generaciones de aporte y pertenencia.
Como resumió la embajadora china: “Este monumento, que guardaba 171 años de vida, sangre y dedicación de la comunidad china, ha sido hecho añicos. Un símbolo de la amistad China-Panamá, reducido a nada. Y yo pregunto: ¿por qué?”
Esa es la pregunta que ni la alcaldesa Peñalba ni el resto de las autoridades han podido responder con claridad.
— STEFANY DAYAN PEÑALBA (@Stefanypenalba) December 28, 2025


