Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos quería firmar un convenio con Panamá para extender el tiempo de las bases militares en suelo patrio. El presidente Enrique Adolfo Jiménez le pidió a Ricardo J. Alfaro que fuera su canciller para hacer el convenio. Pero no se pusieron de acuerdo con respecto a los tiempos. Alfaro pensaba que le estábamos dando demasiado tiempo. Jiménez impuso su decisión y, en respuesta, Ricardo J. Alfaro renunció.
Jiménez entonces nombró a su ministro de Gobierno y Justicia, Francisco Filós, para que fuera el canciller y le asignó la tarea de hacer el convenio. Lo firmó con el embajador estadounidense Frank Hines. Se conoció como el convenio de bases o Filós Hines.
El contenido fue publicado en el periódico, lo cual generó rechazo en la población. Las organizaciones estudiantiles, en especial la Federación de Estudiantes y el Frente Patriótico de la Juventud, planearon protestar el 12 de diciembre de 1947. Estudiantes del Instituto Nacional se comunicaron por telegramas, llamadas y viajes al interior usando el ferry, motivando y organizando a otros estudiantes.
El ministro Filós entró al Instituto Nacional buscando al estudiante Secundino Torres por unas declaraciones que él había hecho en la radio. El director del instituto le llamó la atención diciendo que el Instituto Nacional también albergaba a la Universidad de Panamá y que, al hacer eso, estaba violando la autonomía universitaria. El ministro se retiró, pero los estudiantes se indignaron aún más.
Los estudiantes sonaron la campana institutora, se reunieron y marcharon con la bandera panameña en dirección a la Plaza de Francia. En ese entonces, la Asamblea, donde se iba a discutir el convenio, estaba en el edificio donde hoy se ubican MiCultura y el Teatro Anita Villalaz.
En el camino se encontraron con el liceo de señoritas y con la profesional. Detrás de ellos estaban sus profesores. Pero cuando pasaban por la plaza de Santa Ana, los estaban esperando la policía y sus caballos. Para atacar y dispersar a los estudiantes, decidieron dirigir los caballos contra ellos.
Pero los estudiantes estaban preparados. Habían llevado maíz y canicas, que tiraron al suelo. Cuando los caballos pisaron, se resbalaron. Incluso algunos policías que estaban encima de los caballos cayeron al piso.
Los estudiantes se dispersaron. Un grupo que tenía la bandera se metió por otra calle y siguió la misión. Cerca de la plaza Catedral, un policía logró disparar e impactar al estudiante Sebastián Tapia, dejándolo con una discapacidad permanente.
Así como las organizaciones estudiantiles estaban activas en Panamá, también lo estaban en Chiriquí, Veraguas, La Chorrera, Chitré, Penonomé, entre otros, comunicándose con mensajes ocultos. En el capítulo de Las Tablas hicieron una manifestación en la gobernación.

Por diez días seguidos, hasta el 22 de diciembre de 1947, panameños protestaron en la Plaza de Francia, al frente de la Asamblea. Llegó gente de todo el país. Incluso una marcha de diez mil mujeres. Los diputados tuvieron que caminar entre la muchedumbre para llegar a la Asamblea.

El día de la votación, todos los diputados, incluyendo a los del partido de gobierno, votaron en contra del convenio. Al enterarse, la multitud celebró y empezó a cantar, junto con los diputados, nuestro himno nacional.

(Este artículo fue realizado a partir de los testimonios de Juan Antonio Tejada Mora y Alberto Tuñón)


