Hipócrates, padre de la medicina moderna, dejó un legado que aún hoy es considerado la espina dorsal de la ética médica: el juramento hipocrático. Pero el griego, que nació cerca del año 460 a. de C., también le regaló a la humanidad algunas frases célebres. "No basta que el médico haga por su parte cuanto debe hacer, si por otro lado no concurren al mismo objeto, los asistentes y demás circunstancias exteriores", escribió.
Esa máxima, para la gente, está lejos de cumplirse en la Caja de Seguro Social (CSS). La atención, la falta de medicinas y la demora para lograr algunas citas con especialistas están al tope de las quejas de los usuarios, según más de mil 400 lectores que contestaron un sondeo de La Prensa a través de su página web.
La consigna era saber la opinión que los panameños tienen de la CSS y de los principales problemas que los usuarios encuentran cada vez que deben atenderse. Y las respuestas que dieron, entre las "publicables" y las censuradas, son dignas de atención. Aunque fue un sondeo "no científico", las respuestas están llenas de sabiduría popular.
La gente tiene la palabra
El 42% dice que la atención es el gran talón de Aquiles de la institución, porque sienten que el personal, sobre todo administrativo, no cumple con su labor de una manera adecuada. "Atienden muy mal y son muy groseros con todos", se queja una lectora.
"Yo no me atiendo ahí, la última vez que fui a Urgencias en la Especializada, fue por un gran dolor que tenía en el pecho, la atención fue fatal. Nadie te pregunta qué te pasa; nadie se interesa si vas grave, hay una indiferencia total", afirma Ricardo, con determinación.
"Es notoria la falta de medicamentos buenos, esos que son genéricos no resuelven. También es notorio que la gente tenga que madrugar para esperar a un doctor que llega a las 8:30", señala otro lector. "En el Seguro todo es malo, incluyendo los médicos que en sus clínicas privadas sí son buenos. Es la institución más ineficiente del Estado", amplía.
"Si pagamos sumas enormes cada mes, si la institución tiene dinero, ¿por qué no compran los medicamentos? ¿O es una estrategia para privatizarla?", se pregunta otro.
Estas molestias e inquietudes de la gente -más los desgraciados sucesos que significaron la muerte de más de 50 pacientes a raíz de haber ingerido medicamentos envenenados- han hecho que el Gobierno tome una medida radical: una comisión de garantes, nombrada por el presidente Martín Torrijos e integrada por importantes especialistas, se dio a la tarea de redactar y entregar una propuesta que pretende cambiar la situación.
Esta -que tiene defensores y detractores- señala que "para un país pequeño, que dedica el 15.6% del presupuesto nacional (casi una sexta parte) para el renglón salud, donde los inexcusables niveles de pobreza y extrema pobreza están en 37.2% y 20.5% respectivamente, estos resultados no se pueden justificar ni se pueden desatender".
El filtro
¿Pasará la propuesta el escrutinio público? El jefe de Estado señaló que la propuesta es el punto de partida para la discusión. Pero, como explicó el doctor Xavier Sáez-Llorens, del equipo de garantes, "por más leyes y reformas que se creen, si no hay compromiso de las personas, administrativas y sanitarias, que atienden a la ciudadanía, nada tendrá éxito".
(Vea Los temores de algunos sectores de la población)