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‘Martinelli sigue incidiendo desde donde esté’, Luis Eduardo Camacho

‘Martinelli sigue incidiendo desde donde esté’, Luis Eduardo Camacho
Diputado Luis Eduardo Camacho Castro.

¿Qué le faltó hacer a Mulino en su primer año?

Yo hubiera promovido primero la mina que el Seguro. La inyección económica era mucho más potente e inmediata. Y el contrato fue el catalizador, pero la mayoría no se opone a la mina.

¿Usted votaría a favor si llega a la Asamblea?

Sí.

¿Hay que reformar la ley del Seguro para calmar las aguas?

No. Y mucho menos reformar cosas que no están en la ley. Yo le ofrecí mil dólares al que me traiga el artículo que diga que se sube la edad de jubilación. Y ofrezco mil más a quien traiga el que indique que se aumenta la cantidad de cuotas.

Lo veo ‘large’…

Quedaría corto, pero me atrevo a ofrecerlo porque nadie me lo va a traer.

¿Que persigue Zulay Rodríguez con las protestas callejeras?

Mantenerse vigente. Pero hay formas y formas.

¿Qué no debió hacer Mulino en su primer año?

Estratégicamente, es un error estar en la primera línea.

O sea que, según usted, la conferencia semanal no es positiva…

Él debe tener la última palabra, no llevar la discusión. Es como el ajedrez: las fichas son los ministros, el rey es el presidente. Aquí él cuida a las fichas.

¿Cómo se ha portado él con Martinelli?

Según él, bien. Pero Ricardo debería estar libre hace rato. Él dijo clarito que el proceso era político. Luego quiso buscarle una solución jurídica a un problema político. La decisión tenía que ser política.

¿Cómo?

Con amnistía o indulto. No le estamos pidiendo que tuerza la ley, sino que la enderece.

Pero esas figuras no cabían.

Por eso yo presenté el proyecto que regulaba la facultad presidencial de otorgar indultos y que le permitía también a la Asamblea hacerlo. No hay una norma clara que diga cuáles son los delitos políticos.

¿Esa ley no beneficiaría a Martinelli?

Es que no es que lo beneficie o no…

¿Lo beneficiaría o no?

Ah, que puede beneficiarse, sí, pero no estoy haciendo una ley para él.

¿Y lavado de dinero, según su lista, es un delito político o común?

El lavado en sí es común, pero hacerte un proceso por lavado inexistente es político.

Se investiga para probarlo, y en su caso se probó. ¿O si el delito lo comete un político ya es político?

No. Pero si es por decisiones políticas, sí. La verdad está en las pruebas, no viendo quién es la parte.

¿La inclusión de Martinelli en la lista de corruptos de EUA también es persecución?

Para mí sí. Decisiones políticas de EUA.

¿Por qué el gobierno de EUA quisiera perseguirlo?

Pregúntale a los que le acaban de quitar la visa. EUA no tiene amigos, tiene intereses.

¿Usted tiene visa?

Sí.

¿La condena por blanqueo de $28 millones en coimas de Odebrecht a los hijos de Martinelli también es persecución política?

Yo no quiero hablar de ese tema.

¿Por qué Martinelli no viene a pagar su condena y ya?

Porque esa condena es política. Y lo querían meter en La Joya, donde peligraba su vida.

¿Qué pasó con los $19 millones que le debe Martinelli al fisco?

Cuando se caiga la condena política se va a caer eso también.

Hay una sentencia en firme… Ya se les acabaron las instancias.

Lo que no está escrito en piedra se puede revocar.

¿Ha ido a ver a Martinelli a Colombia?

Sí, al día siguiente de irse. Lo acompañaré en dos o tres operaciones.

¿La primera es la de la hernia subyacente?

Sí. Es muy grande. Y una cosa es verla en foto y otra en vivo.

¿Qué ha cambiado en Panamá desde que él no está?

Él sigue siendo el líder, solo que ahora está en mejores condiciones para vencer la persecución.

¿Quién quedó a cargo? ¿O él sigue dictando instrucciones desde el yate?

Desde el apartamento, desde el yate… donde esté incide. Así él no quiera incidir, incide.

¿Cuánta influencia sigue teniendo?

Mucha. Eso es evidente. Puso a ganar a un gobierno.

Gobierno que, según él, no le ha pagado con la misma moneda…

Bueno, el que no puede regresar porque el Órgano Judicial lo persigue es él.

La pasa muchísimo mejor que la gran mayoría de los panameños. Y se jacta de eso.

Bueno, él tiene plata desde antes de ser presidente. Si la tienes, la usas, pues. Es un ser humano y son sus necesidades emocionales.

¿Y Marta? ¿Vive?

No sé de su vida personal.

¿En este período volverá a impulsar el proyecto de amnistía?

Sí. Pero primero Panamá necesita unirse.

¿Tiene los votos o será solo para revolver el país?

Los votos se tienen cuando se vota.

Y si no, que lo diga Shirley Castañedas…

Factores externos gravitaron en la votación. La línea de los partidos, por ejemplo.

¿Ya no cree en la línea de los partidos?

Sí, pero tienen que definir línea en temas nacionales, no en la elección de una directiva. Y también hay otro factor externo: el gobierno. Este es un país presidencialista y los funcionarios del Ejecutivo inciden.

¿Quién del Ejecutivo buscó votos para Shirley?

No quiero entrar en nombres. Ya eso pasó. Los de Vamos cuestionaron que dos personas estaban tirando línea. Ellos dos tienen un año siendo enlaces entre la Asamblea y Mulino.

Son Ricky Fábrega y Ventura Vega. ¿Y Aníbal Galindo?

Él no es funcionario. Pero es dirigente político.

¿Quién estaba ofreciendo los maletines que mencionó Bolo Flores?

No sé, pregúntale a él.

¿Qué hacía él buscando votos activamente?

No me consta, eso es lo que dice Vamos. Él estaba invitado como contralor al acto.

¿Entonces, quién pidió votos en contra de ella?

Un funcionario del MEF.

¿Quién? ¿Chapman?

Ya deja eso así.

En el comunicado de RM hablan de ‘cuecos’ que afectaron esa candidatura. ¿Qué es eso?

Yo no hice ese comunicado.

¿Usted no es el secretario general de ese partido?

Desde que soy diputado no hago los comunicados del partido.

Pero sí va a conferencias…

Porque son de la bancada, no del partido.

Vuelvo al 1 de julio. ¿Los diputados votaron por Jorge Herrera o en contra de Shirley?

El asunto no era entre ellos dos. Había más implicaciones.

¿Como cuál?

Repetir el acuerdo que llevó a Dana a la presidencia el primer año. Pero ganó el acuerdo “tutifruti”.

Yanibel Ábrego, presidenta de CD: ¿amiga o enemiga?

Nos hemos enfrentado y hemos caminado juntos. En política todo depende del momento y de qué queremos lograr.

¿No hay un conflicto de intereses en que Shirley, abogada de narcos y del lavador Martinelli, presida el órgano del Estado que juzga a los magistrados?

Ella también defendió a empresarios…

¿Qué le parecieron las palabras de Navarro el 1 de julio?

Tiene toda la razón y dijo lo que todos sabemos: que el liderazgo de Martinelli trasciende el partido. Lo que pasa es que a algunos no les gusta oír la verdad. Y la gente se enfocó más en esa verdad que en su llamado a unidad nacional.

Alguna vez Martinelli prometió destruir el PRD. ¿Lo hizo aliándose a ellos?

En momentos políticos se hacen aseveraciones políticas que cambian luego con las realidades políticas. Necesitamos el consenso para llegar al país que necesitamos.

¿Cuál fue su participación en el matraqueo del 1 de julio?

Yo ejercí mi voto y pedí votos. Eso no es matraqueo, es democracia.

Diputados denuncian el ofrecimiento de $100 mil por abstenerse de votar por ella.

Que lo prueben. Yo digo las cosas de frente.

No quiso decir el nombre del funcionario del MEF…

Pero porque eso ya pasó.

¿Mulino quería a Shirley o no?

No se oponía a ella.

Él tiró una terna de tres nombres: Chello, Dana y ella. ¿Hubo votación interna o ella anunció que iba y ya?

Ya la apoyábamos 11. Esa también es una forma de avalarla. El presidente de la República no tira líneas políticas. Puede expresarse su “corazoncito”, pero ya.

Defínase. Dice que no tira líneas, pero que el país es presidencialista y el Ejecutivo incidió… ¿Entonces?

Bueno pues. El Ejecutivo no es solo el presidente.

¿Qué fue a hacer Castañedas a la Presidencia el 1 de julio?

La gente especula. Pero a ella la invitaron, y no para pedirle que se bajara. Me imagino que fue para saber el motivo del retraso de la elección.

Para eso la podían llamar. ¿No le pidieron que se bajara para postular a Dana?

No.

¿Usted cuántas veces ha ido allá?

Como cinco.

¿Entonces a Shirley Castañedas le pasó lo que a usted le pasó el año pasado?

A mí nadie me pidió que me bajara. Yo decidí bajarme. Ella decidió llegar hasta el final.

¿Y por qué este año no se postuló?

Los votos del partido los hubiera tenido, pero los que no hubieran votado por mí antes tampoco hubieran votado por mí ahora.

¿Qué hacía el lunes hablando con el canciller?

Yo hablo mucho con él, y a los ministros que me lo permiten les hablo sobre mi especialidad: la comunicación.

Con la diferencia de que Acha sí ha sido cercano a Martinelli. ¿O no?

Bueno, hay otros ministros cercanos. ¿Pero tu pregunta es que si son amigos? Sí, son amigos.

¿Qué le pareció el nombramiento del exprocurador Caraballo, que no era pro-Martinelli, en la embajada de Austria?

Bueno, él también dijo que era constitucional que Mulino corriera.

Usted presentó un proyecto para reformar la ley de la Defensoría y, acto seguido, empezó a influir en esa entidad. ¿A cuánta gente ha pedido que nombren allá?

Ah, yo no sé. La gente piensa que con mi carta la van a nombrar, y si no se la das te dicen que no quieres ayudar. Así que yo las hago.

¿Cuántos ha mandado?

Bastantes. Y si me llegan más, más voy a mandar. Pero yo no nombro. Yo digo que si hay vacantes, los consideren.

El defensor quiere quedarse en el cargo. ¿Es esa su manera de amarrar el puesto?

Bueno, él considerará que ha hecho un buen trabajo que quiere continuar.

¿Y qué tanto influye en los nombramientos de Unachi?

Yo mando cartas de recomendación de todo el mundo a todos lados.

¿Cuántos parientes tiene nombrados?

No los he contado, pero tampoco te lo diría porque eso es un tema personal.

Según la Contraloría, con usted trabajan 11 personas. ¿Qué hacen, si en su despacho solo hay cuatro?

En sus labores. Lo constató la Contraloría. Yo no tengo botellas ni le quito un real a nadie por su nombramiento.

¿La misma Contraloría que dirige quien buscó los votos para Shirley?

A mí no me consta eso.

¿Qué carro usa ahora y quién lo pagó?

Eso es un tema personal. Y es una Land Cruiser de 2013, de segunda. A diferencia de ustedes las mujeres, nosotros solo nos subimos al carro y ya. No sé de eso.

¿Cómo pasó de acompañar a Ricardo Arias Calderón a ser vocero de Martinelli?

La democracia está en deuda con Arias Calderón, pero, igual que Martinelli, él tenía sus defectos. A ambos les dije siempre lo que opinaba.

¿Cómo llegó usted a trabajar con él?

Cuando trabajaba en La Prensa, me mandaron a coger un curso para cuidar a Bobby Eisenmann, que estaba exiliado. Cuando él decidió no volver, me pusieron de jefe de seguridad. Y cuando cerraron el periódico, Arias Calderón me contrató.

Si no estuviera con Martinelli, ¿qué estuviera haciendo?

Tratando de ganar plata para mantener a mi familia. O quizá, como pensionado, pasaría más tiempo con ellos.

¿Ha pensado en la posibilidad de que, a sus nietos, leyendo la historia, les apenen sus posiciones?

Ellos tendrán su opinión, pero yo no vivo en base a la opinión de los otros.

¿Qué diría su hermano Jorge?

Estaría de acuerdo en unas cosas y en otras no. Él era del FER-29 y yo de la Federación de Estudiantes de la UP. Polos opuestos. Pero a ambos nos influenció mi abuela, profundamente cristiana y preocupada por los demás.

¿Panamá necesita más Jorges o más Luis Eduardos?

Más ambos, porque, como él, yo no me quedo esperando a que las cosas cambien solas.

PERFIL

Es diputado, vocero de Ricardo Martinelli y secretario del partido RM. Ha sido, entre otras cosas, secretario de Comunicación del Estado, de la Democracia Cristiana y del Panameñismo, y subsecretario de la Asamblea Nacional.


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