El poder político del país se mudó por un día al corazón de la provincia de Los Santos. José Raúl Mulino, presidente de la República, encabezó este lunes 10 de noviembre los actos del primer grito de independencia junto a todo su gabinete, asesores presidenciales y directores de instituciones. Fue una puesta en escena del poder.
Desde primeras horas, el parque Rufina Alfaro fue el centro de la jornada cívica.
En un mismo cuadro se veían al canciller Javier Martínez Acha; al ministro de Seguridad, Frank Ábrego; al de Ambiente, Juan Carlos Navarro; al de Vivienda, Jaime Jované; al ministro de la Presidencia, Carlos Orillac; al de Salud, Fernando Boyd Galindo; al ministro del Canal, José Ramón Icaza; al de Comercio, Julio Moltó; al de Desarrollo Agropecuario, Roberto Linares; a la de Educación, Lucy Molinar; a la de Cultura, Maruja Herrera; y al contralor general, Anel “Bolo” Flores.

Todos vestían camisillas blancas con elaborados bordados típicos y sombreros pintados, una imagen cuidadosamente escogida para la fecha. Las cámaras de La Prensa no captaron al ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman.
También asistieron los asesores presidenciales José Ricardo “Ricky” Fábrega y el empresario Alberto Vallarino, quien junto a Mulino, observaba los desfiles desde el palco principal.

La misa solemne se celebró en la Iglesia San Atanasio de La Villa de Los Santos, un templo colonial del siglo XVIII declarado Monumento Histórico Nacional en 1937.
Situada frente al parque Rufina Alfaro, su estructura de madera blanca, los techos altos y los retablos barrocos la convierten en una joya arquitectónica del interior del país.
Cada 10 de noviembre, sus puertas se abren para acoger a las autoridades que conmemoran el primer grito de independencia de 1821, en un acto donde la historia y la política suelen encontrarse bajo el mismo techo.

En la primera fila, a la derecha, el presidente Mulino se sentó junto a su esposa, Maricel, y al presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Herrera, ambos vestidos con la tradicional camisilla blanca y sombrero pintado en mano.
Era una imagen de mando compartido, cuidadosamente dispuesta en un templo colmado de funcionarios y asesores que ocupaban los bancos de madera bajo la luz que entraba desde los ventanales.
En la fila opuesta, los diputados de la bancada independiente Vamos, Janine Prado, Jhonathan Vega y Miguel Campos, ocuparon sus lugares con discreción. Al igual que los funcionarios del Ejecutivo, lucieron atuendos típicos.


Una orden desde el Palacio
Semanas atrás, Mulino había instruido a su equipo de trabajo a “estar presentes en los días patrios”.
Desde entonces, el presidente ha encabezado todos los actos. Se le vio en la capital los días 3 y 4 de noviembre, y luego el 5 de noviembre en Colón.
Su equipo de gobierno también se desplegó en distintos puntos del país, pero este 10 de noviembre, el poder se concentró en La Villa.

La coreografía fue visible: filas de ministros, saludos medidos, sonrisas ante las cámaras y un mensaje implícito de unidad en medio de un clima político que por estos días está marcado por la percepción de inseguridad en las calles panameñas.
Tras los discursos y la izada de la bandera, Mulino habló brevemente sobre la importancia histórica del 10 de noviembre, pero cuando una periodista le preguntó por los recientes hechos de violencia, se marchó sin responder.
Su silencio pareció parte del mensaje: el presidente decide cuándo hablar y cuándo marcharse sin emitir palabras.
Mientras conversaba con medios durante los actos en la Villa de Los Santos, el presidente José Raúl Mulino declinó hacer comentarios sobre los recientes hechos de violencia en el país.
— La Prensa Panamá (@prensacom) November 10, 2025
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Reunión con el Consejo Municipal
Después de los actos cívicos, el presidente sostuvo una reunión con miembros del Consejo Municipal de Los Santos.
Según una nota de prensa de la Presidencia de la República, el encuentro giró en torno a proyectos viales, de vivienda, salud y seguridad en la provincia.
Mulino, acompañado del presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Herrera, y de los ministros José Luis Andrade (Obras Públicas) y Jaime Jované (Vivienda), dio instrucciones directas para “acelerar soluciones” en estos frentes.

Se mencionó la rehabilitación de la carretera Tonosí–Cambutal, el nuevo hospital Anita Moreno y el intercambiador vial de la salida de Chitré.
El mandatario también pidió al titular del Ministerio de Obras Pública, atender los caminos de producción en varios corregimientos y asignó apoyo logístico al municipio para reforzar los servicios locales.
Los concejales solicitaron respaldo para rehabilitar el edificio del Consejo Municipal y ejecutar proyectos habitacionales.
Mulino prometió buscar alternativas de financiamiento, incluso a través del Ministerio de Gobierno o de los fondos de descentralización, y planteó que el Miviot evalúe terrenos disponibles para nuevas viviendas en la zona.

En materia de seguridad, se abordó la posibilidad de instalar una base aeronaval en la costa santeña y nuevas subestaciones policiales.
El mandatario respondió que el tema será analizado con el ministro de Seguridad, Frank Ábrego.
Aunque la reunión fue descrita como “productiva” por la Presidencia, lo cierto es que los reclamos locales, en especial el cumplimiento de la ley de Descentralización, siguen marcando distancia entre el discurso del Ejecutivo y las expectativas de los gobiernos municipales.

El reclamo del alcalde
Durante los actos cívicos, el alcalde de Los Santos, Raúl Montenegro, aprovechó su intervención para recordar justamente ese punto: el cumplimiento de la Ley 37 de 2009, que obliga al Estado a transferir los fondos recaudados de bienes inmuebles a los municipios y juntas comunales.
“Hoy hago este llamado, pero no directamente a la Asamblea Nacional, ni tampoco al señor presidente. Más bien hago un llamado de unión, a los alcaldes, a los representantes, a que defendamos lo que por ley ya está hecho”, dijo ante la mirada de Mulino, del contralor Flores y del propio presidente de la Asamblea.

Montenegro advirtió que el presupuesto estimado por bienes inmuebles para 2026 asciende a $196 millones, pero solo $83 millones se destinarían a los municipios.
“Hoy hago este llamado, pero no directamente a la Asamblea Nacional, ni tampoco al señor presidente. Más bien hago un llamado de unión. Unión de los alcaldes a nivel nacional y unión de los representantes. Principalmente a todos los gobiernos locales, a que defendamos, principalmente, lo que por ley ya está hecho: la Ley 37 del 2009, donde se habla de la descentralización, donde se busca que esos fondos recaudados de bienes inmuebles sean transferidos en su totalidad hacia los gobiernos locales”, afirmó Montenegro.

