El Gobierno de Panamá manifestó su “profunda” preocupación por la presencia en Venezuela de una persona presuntamente vinculada al atentado terrorista contra el vuelo 901 de Alas Chiricanas, ocurrido el 19 de julio de 1994 y en el que murieron 21 personas, incluidos tres ciudadanos estadounidenses.
Después de más de tres décadas prófugo, las autoridades venezolanas detuvieron en la isla de Margarita a Ali Zaki Hage Jalil, señalado como uno de los implicados en el ataque.
La captura fue ejecutada por agentes de Interpol Venezuela, en coordinación con autoridades judiciales panameñas, que habían emitido una alerta internacional para su localización y arresto.
Una vez conocida su detención, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá informó que el Gobierno panameño iniciará los trámites diplomáticos y judiciales necesarios para lograr que el sospechoso sea extraditado y enfrente la justicia en Panamá, conforme a los principios del Derecho Internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la lucha contra el terrorismo.
•Comunicado Oficial• El Gobierno de Panamá reitera su compromiso con la verdad y la memoria ante caso Alas Chiricanas. pic.twitter.com/cLeCpgM6ae
— Cancillería de Panamá (@CancilleriaPma) November 9, 2025
El ciudadano, de 57 años, portador de la cédula venezolana V-24.435.136, mantenía una Notificación Roja No. A-4724/4-2025, emitida por Interpol Panamá a solicitud de la Fiscalía Superior de Descarga del Área Metropolitana, por la presunta comisión de los delitos de homicidio doloso y contra la seguridad colectiva, específicamente contra los medios de transporte y comunicación.
En un comunicado, la Cancillería panameña reafirmó el compromiso del país con la verdad, la memoria y la justicia: “Panamá reitera su compromiso indeclinable con la verdad, la memoria y la justicia, y su decisión de no permitir que el territorio panameño o sus ciudadanos sean víctimas o instrumentos de organizaciones extremistas que buscan sembrar miedo o división”.
A través de un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores calificó de “inaceptable” que, después de tres décadas, los responsables del ataque contra el vuelo 901 de Alas Chiricanas sigan sin rendir cuentas ante la justicia.
El Gobierno también reiteró que continuará fortaleciendo la cooperación internacional con países aliados y organismos multilaterales para prevenir, investigar y sancionar el terrorismo y el financiamiento de actividades ilícitas que amenacen la seguridad regional y la neutralidad del Istmo.
El atentado al vuelo 901, ocurrido el 19 de julio de 1994, marcó uno de los episodios más trágicos de la aviación panameña. El avión, que despegó desde Colón, explotó en pleno vuelo y provocó la muerte de todos los pasajeros y tripulantes a bordo.
La agresión al avión de Alas Chiricanas ocurrió un día después de que un explosivo improvisado en un vehículo detonara junto al edificio de la Sociedad Judía de Ayuda Mutua, en Argentina, matando a 85 personas y dejando más de 300 heridas.
Un grupo que se hace llamar Ansar Allah −que el gobierno de Estados Unidos ha identificado como un alias de Hezbolá− emitió un comunicado desde Líbano días después, reivindicando la autoría de ambos atentados.


