El ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, presentó la tarde de este miércoles 30 de julio, ante el pleno de la Asamblea Nacional, el proyecto que dicta el presupuesto general del Estado para la vigencia fiscal 2026, el cual asciende a 34,900 millones de dólares.
Durante su intervención, Chapman destacó que este proyecto es una herramienta clave para afrontar los desafíos económicos y sociales del país, con énfasis en el desarrollo humano, el bienestar de la población y la protección de los más vulnerables.
El presupuesto se presenta “con responsabilidad, visión y compromiso. Está enfocado en la gente, que es a quien nos debemos”, aseguró.
El ministro explicó las diferencias entre el presupuesto del gobierno central —también conocido como la “línea de arriba”— y el presupuesto consolidado del sector público no financiero —la “línea de abajo”—. El primero incluye a los ministerios y entidades financiadas directamente por el Tesoro Nacional, mientras que el segundo abarca instituciones descentralizadas, empresas públicas como la Caja de Seguro Social, el IDAAN, ETESA y Tocumen S.A., así como municipios y juntas comunales.
Chapman subrayó que el déficit fiscal del sector público no financiero es el indicador clave utilizado por organismos internacionales y calificadoras de riesgo para evaluar la sostenibilidad fiscal del país.
El proyecto de presupuesto 2026 se construye sobre un escenario macroeconómico que prevé un crecimiento real del PIB del 4 % y un crecimiento nominal del 5 %, en línea con estimaciones de organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Bajo estos supuestos, los ingresos corrientes se estiman en 15,740 millones de dólares, mientras que los gastos corrientes alcanzan los 15,350 millones, lo que genera un ahorro de 425 millones y permite alcanzar un superávit primario, algo que no ocurría desde hace más de 14 años.
Este superávit implica que los ingresos corrientes del Estado serán suficientes para cubrir tanto los gastos operativos como el pago de intereses de la deuda, sin necesidad de recurrir a nuevo endeudamiento para cubrir estos compromisos.
El crecimiento del gasto total del gobierno se limita a un 1 %, lo que “evidencia el compromiso con la prudencia fiscal”, la eficiencia del Estado y la sostenibilidad a largo plazo, aseguró Chapman.
Factores que explican el aumento
El presupuesto 2026 representa un incremento nominal de 4,180 millones de dólares respecto al de 2025. Chapman explicó que este aumento responde a factores estructurales y no discrecionales, entre ellos: la amortización de deuda, que aumenta de 2,412 millones en 2025 a 4,400 millones en 2026; el pago de intereses de deuda, que se incrementa de 3,192 millones a 3,661 millones, producto del mayor volumen de deuda acumulada en los últimos cinco años; los aportes a la Caja de Seguro Social, que se destinan 1,167 millones, incluyendo 158 millones adicionales por la Ley 462 de 2025, que incrementa las contribuciones patronales; las leyes especiales, que representan 306 millones en aumentos automáticos de salarios y beneficios, y las inversiones estratégicas, porque se asignan 252 millones para fortalecer instituciones clave del Estado.
Déficit fiscal en descenso
El déficit fiscal del sector público no financiero se proyecta en 3.4 % del PIB para 2026, cumpliendo así con los límites establecidos en la Ley 445 de 2024. Esto representa una reducción significativa respecto al 7.4 % registrado el año anterior, indicó.
La meta es clara, dijo: continuar reduciendo el déficit hasta alcanzar un 1.5 % del PIB hacia finales de la década, “es decir, hay un plan para llevarnos en una en una senda ordenada, no traumática, para alcanzar una situación fiscal manejable y sostenible”.


