Un reportaje de la Unidad Investigativa del diario El Tiempo de Colombia acusa al empresario Jean Figali de haber sido miembro del cartel de Medellín a mediados de la década de 1990.
El reportaje titulado: "Colombia y Panamá van tras Jean Figali, capo del contrabando", fue publicado ayer sábado en la edición digital de este diario de Bogotá.
"El empresario es señalado de lavarle plata a capos y a contrabandistas de ambos países (Colombia y Panamá)", señala el rotativo en un amplio reportaje donde se citan a exnarcos de este cartel.
“En el cartel de Medellín lo conocimos con el nombre de Jhon Nasser. Fue socio nuestro en varios envíos de droga y en 1999, cuando nos entregamos a Estados Unidos, se fue a Panamá y ahora es un influyente empresario”, indica el reportaje.
Además, el abogado expresó que su cliente fue objeto de una encarnizada persecución política en Panamá por parte del gobierno de Ricardo Martinelli, al punto que se le hicieron cargos inventados por lavado de dinero, de los cuales fue absuelto, según el reportaje.
El cartel de Medellín fue fundado por el narcotraficante Pablo Escobar, muerto en 1993.
Dos meses atrás, el entonces director de las Aduanas de Colombia, Juan Ricardo Ortega, acusó a Figali de contrabandear telas.
En mayo de este año, el expresidente Martinelli señaló públicamente que había recibido amenazas de Figali, señalamientos que fueron desmentidos por los abogados del empresario.
En abril del año pasado, el gobierno anunció que subastaría las propiedades secuestradas a Figali en el año 2009, valoradas aproximadamente en 150 millones de dólares.
Se trata de las parcelas 4, 5 y 7 en la calzada de Amador, que la antigua Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) entregó en concesión a Figali hace 14 años.En total estas suman 103 mil metros cuadrados sobre los cuales el empresario construyó un centro de convenciones y un complejo de habitaciones que formarían parte de un hotel, que nunca se terminó.
PROBLEMAS CON EL FISCO
De acuerdo a un reportaje de La Prensa, publicado en abril del año pasado, dentro de esta venta también se tenía programado las 23 casas en las que Figali pretendía construir un bulevar con tiendas de alta costura, pero finalmente las transformó en una franja de restaurantes y discotecas conocida hoy día como "Zona de la Rumba".
A la fecha, esta venta aún no se ha concretado.
En la nota de este diario se especificaba que: "En noviembre de 2009, el Ministerio de Economía y Finanzas ordenó secuestrar las propiedades de Figali ante el incumplimiento del arreglo de pago que había acordado la empresa por la morosidad que mantenía con la UABR. Dos años después el empresario acordó firmar un acuerdo extrajudicial con el Gobierno, donde cedió todas sus propiedades para cancelar una deuda por 29 millones de dólares que mantenía con diferentes instituciones del Estado. De este monto, 20 millones de dólares correspondían a la UABR en concepto de arrendamiento; 8 millones de dólares en un fideicomiso que mantenía el grupo con la Caja de Ahorros y el resto de la deuda correspondía a facturas pendientes con el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales y con la Autoridad Nacional del Medio Ambiente".
El reportaje agregaba que "de acuerdo con el contrato de arrendamiento, Figali debía pagar una renta mensual de 83 centésimos por cada uno de los 112 mil metros cuadrados que recibió en concesión durante la administración de Mireya Moscoso. Después de múltiples recursos interpuestos en la Corte Suprema de Justicia, se dictaminó que la empresa no tenía derecho a realizar el relleno de mar, por lo cual la propiedad fue expropiada por la actual administración gubernamental. Este relleno formará parte de la ampliación a cuatro carriles de la calzada de Amador".