Un total de 614 casos de niños y niñas han egresado por quemaduras al Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel en los primeros seis meses de este año 2025, de los cuales 356 corresponden a menores de entre 1 y 4 años de edad.
En los últimos años, el hospital ha reportado un incremento preocupante en las hospitalizaciones por quemaduras. Según la Sección de Registros y Estadísticas de Salud, entre 2017 y 2025 (hasta junio), los egresos por quemaduras pasaron de 562 casos en 2017 a 614 en 2025, lo que representa un aumento del 9.2% en menos de una década.
El repunte más significativo se observa en los dos años recientes: en 2024 se registraron 624 casos, la cifra más alta en los últimos años. Este año, hasta junio, se han contabilizado 614 casos, cifra que podría aumentar hacia finales de 2025.

La tarea no ha sido fácil, por eso la jefa del Servicio de Quemados del Hospital del Niño, Marvis Corro, advirtió sobre la necesidad de crear una cultura nacional de prevención de quemaduras, especialmente en el ámbito doméstico, donde se registran la mayor parte de los casos atendidos.
Según la jefa del Servicio de Quemados del centro hospitalario, estos datos incluyen tanto hospitalizaciones como atención ambulatoria en la Clínica de Heridas de Quemados, creada para tratar casos menos graves y evitar infecciones. De los 614 casos, entre 450 y 500 corresponden a quemaduras severas y moderadas.
La mayoría de los pacientes son lactantes y preescolares que sufren quemaduras por escaldadura, es decir, por contacto con líquidos calientes como agua, aceite o comida. En adolescentes y escolares, las causas más comunes son el fuego y en diciembre, la pirotecnia”.
Un problema de salud global
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce las quemaduras como un problema de salud pública global, no solo por su alta mortalidad, sino también por los elevados costos médicos, humanos y hospitalarios que implica su tratamiento.
En el marco del Día Latinoamericano de Prevención de Quemaduras, a conmemorarse el 26 de octubre, personal médico y de enfermería del Hospital del Niño ha realizaron una jornada educativa este 22 de octubre, para concienciar sobre los accidentes domésticos que afectan principalmente a niños de 1 a 4 años.

La capacitación incluyó docentes y padres de familia de escuelas cercanas, explicándoles que el objetivo es formar promotores educativos capaces de transmitir conocimientos sobre prevención de accidentes y quemaduras a los niños.
“Queremos que los docentes incorporen este tema en sus clases, para que los niños crezcan con conciencia del peligro. Cambiar a un adulto es difícil, pero educar desde la infancia genera una cultura de prevención”, señaló Corro.
La especialista lamentó que Panamá aún no haya incorporado formalmente la educación preventiva sobre quemaduras en el currículo escolar, como ocurre en países como Costa Rica, donde los estudiantes aprenden desde pequeños cómo evitar accidentes domésticos.
Cultura de prevención
Por su parte, Patricia de Céspedes, jefa de enfermería del Servicio de Quemados, explicó que esta jornada busca fortalecer la cultura de prevención en escuelas y comunidades ante el aumento sostenido de casos.
“A pesar de que todos los años venimos luchando con campañas de divulgación, no hemos visto una respuesta significativa. Solo se nota interés en diciembre, cuando aparecen los casos por abuso de la pirotecnia”, indicó.
El personal de enfermería realiza capacitaciones en centros educativos y charlas hospitalarias para enseñar a niños, padres y docentes las medidas básicas de prevención y primeros auxilios en caso de quemaduras.
“Enseñamos a los niños qué hacer si se queman, cómo actuar y a dónde acudir. También explicamos a los padres que deben evitar remedios caseros como sábila, pasta dental o café, que contaminan la herida”, recalcó de Céspedes.
La enfermera destacó que la mayoría de las quemaduras son causadas por líquidos calientes, como café, té, sopas chinas o agua caliente utilizada para el baño.

“Las quemaduras más frecuentes se dan en lactantes y preescolares, especialmente varones. En muchos casos, las ollas o sartenes se dejan con los mangos hacia afuera y los niños, al tropezar, terminan volcándose el contenido encima”, detalló.
De Céspedes recordó que el primer auxilio más importante consiste en aplicar agua a temperatura ambiente sobre la zona afectada, cubrirla con una toalla limpia y acudir inmediatamente al hospital.
“No hay que dejar que el niño corra si tiene fuego en la ropa; debe rodar en el suelo para apagar las llamas. Además, no deben colocarse café molido, sábila, pasta de diente u otro producto que podría infectar más la herida. Cambiar a un adulto es difícil, pero enseñar a un niño desde pequeño a prevenir puede salvarle la vida”, concluyó la jefa de enfermería.

