El Ministerio de Salud (Minsa) emitió una alerta sobre el riesgo de efectos adversos en niños menores de 6 años que reciben estimulantes de liberación prolongada para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Estos medicamentos, que incluyen formulaciones de anfetaminas y metilfenidato, son comúnmente prescritos como terapia de primera línea para tratar el TDAH, un trastorno del neurodesarrollo que afecta la capacidad de concentración, el control de impulsos y la ejecución de tareas.
Ante esto, el Minsa se basa en que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha encontrado riesgos significativos en su uso en este grupo de edad.
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Nota de seguridad.pdfLa nota de seguridad, publicada el pasado 7 de julio, afirma que un análisis exigido por la Ley de Equidad en la Investigación Pediátrica (PREA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos reveló que los niños de entre 4 y 5 años experimentan niveles más altos del fármaco en su organismo al recibir la misma dosis que los niños mayores.
Esta mayor exposición se ha relacionado con una frecuencia más alta de efectos secundarios, incluyendo una pérdida de peso clínicamente significativa: al menos un 10% de disminución en el percentil de peso, según estándares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Estos efectos se observaron tanto en estudios a corto como a largo plazo, y fueron consistentes en productos que contienen anfetamina y metilfenidato. Otros efectos secundarios incluyen pérdida de apetito e insomnio.
En el caso de Panamá, la Dirección Nacional de Farmacia y Drogas no mantiene registrados productos comerciales con el activo anfetaminas. Sin embargo, mantiene 14 medicamentos con metilfenidato.
Aunque los estimulantes de liberación prolongada no están aprobados para niños menores de 6 años, los profesionales de la salud pueden recetarlos “fuera de etiqueta”, es decir, bajo su criterio clínico y fuera de las indicaciones oficiales.
La nota recomienda a los profesionales de la salud y padres de familia extremar la precaución antes de considerar el uso de estimulantes de liberación prolongada en niños menores de 6 años y valorar alternativas terapéuticas.
En caso de uso, se recomienda un seguimiento médico cercano y continuo.

