El folclore y la tradición panameña se preparan para brillar nuevamente en uno de los eventos más esperados del país: el Desfile de las Mil Polleras, que se celebrará el 17 de enero en la ciudad de Las Tablas, provincia de Los Santos.
Declarada oficialmente mediante la Ley 116 de diciembre de 2013, esta festividad no solo es un espectáculo visual de color y elegancia, sino también un homenaje a la cultura, la música y la artesanía panameña.
Cada año, el desfile permite destacar la belleza de la pollera, el traje típico nacional, y reconocer la labor de los artesanos que invierten semanas, e incluso meses, en su confección.
La Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) es responsable de la inversión y promoción del evento, garantizando que la celebración cumpla con altos estándares de calidad y seguridad.
Para asegurar la correcta realización del desfile, la ATP emitió la Resolución No. 097/2005, que deroga la normativa anterior y establece reglas claras para la participación de delegaciones, músicos y coordinadores.
Sin embargo, algunos especialistas en folclore, como Elena Llorach, recuerdan que, aunque existen manuales y sugerencias sobre cómo lucir las polleras, no hay un reglamento que “regule” el uso de la indumentaria folclórica.
Llorach enfatiza que figuras como la llamada “policía folclórica”, que supuestamente califica la vestimenta y obliga a abandonar actividades, no existen.
Según Llorach, la esencia del folclore radica en su espontaneidad, en la libertad de expresar la tradición, y reglamentar estrictamente la vestimenta le quitaría su carácter auténtico.
Entre los objetivos principales se encuentra respetar las diferentes clasificaciones de la pollera, asegurando que cada traje se luzca con los accesorios y adornos propios de su región.
La música durante el desfile debe ser exclusivamente típica panameña, interpretada en vivo o mediante grabaciones autorizadas, evitando géneros ajenos a las tradiciones locales. Además, se indica que el volumen debe mantenerse moderado para no interferir con otras delegaciones ni con el desarrollo general del evento.
El uso adecuado de la pollera es fundamental, ya que es el símbolo más representativo de la cultura panameña. Todas las personas que participen, incluidos músicos y cantantes, deben vestir atuendos acordes con las tradiciones folclóricas de cada región.
La ATP dispone de un manual de clasificación para garantizar la autenticidad de los trajes y previene el uso de materiales no tradicionales.
Entre las prohibiciones más importantes se encuentran el uso de pantalones con la blusa de la pollera, vestidos estilizados que no cumplan con la clasificación, gorras, camisas que alteren la identidad del folclore y la participación de animales dentro de la ruta del desfile.
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Logística y color: la organización del desfile
El recorrido del desfile comenzará a la 1:00 p.m., desde la sede de la Gobernación en el paseo Carlos L. López hasta la Plaza de Praga en calle Estudiante, con una duración aproximada de una hora y media. Los coordinadores de cada delegación deberán garantizar la presencia de todos los integrantes con antelación.
La ATP controlará el desplazamiento de las delegaciones y aprobará la salida de los grupos conforme al orden establecido, con el fin de evitar retrasos y asegurar que el evento avance sin contratiempos.
Este año, el desorden fue tal que, además de las fricciones entre los grupos participantes, se registraron insultos y agresiones entre los asistentes. La falta de control y la débil intervención de algunos agentes de la fuerza pública contribuyeron a la magnitud de los disturbios.
El reglamento indica que cada delegación portará un banner o bandera identificativa, y cualquier objeto que comprometa la seguridad, estética u orden del desfile podrá ser retirado por los organizadores.
La normativa prohíbe el uso de carros alegóricos, fuegos artificiales, luces bengalas u otros elementos que puedan poner en riesgo a los participantes o espectadores.
El vestuario de los participantes refleja la riqueza del folclore panameño. Las damas podrán lucir polleras de gala, como las marcadas o de punto de cruz, zurcidas, caladas, bordadas o sombreada, así como polleras regionales blancas, de linón, estampadas, tiriadas, de coquitos y regionales de gala de distintas provincias.

También se permiten polleras montunas representativas de diversas regiones, complementadas con basquiñas, camisolas, chambras y el tradicional pollerón de zaraza.
Los caballeros participarán con camisillas, camisas guaniqueñas o tonosieñas, coleta, cotona, guardando, montunos o camisas estilizadas con técnicas propias de la pollera. Los pantalones permitidos incluyen negro, chino, chingo o caqui, y el calzado será zapatos negros, cutarras o chinelas.
Cada año, el Desfile de las Mil Polleras permite a la ATP evaluar la efectividad del reglamento vigente, detectar vacíos y realizar mejoras que aseguren que la festividad continúe destacando la autenticidad de la pollera y el talento de los artesanos panameños.
El evento atrae a turistas nacionales e internacionales y genera orgullo y sentido de pertenencia entre los panameños, reafirmando la importancia de preservar y difundir las tradiciones folclóricas.
En coordinación con el alcalde del distrito de Las Tablas, la ATP asegura que todos los aspectos logísticos, de seguridad y protocolo estén listos para la gran cita cultural, garantizando un desfile ordenado, seguro y memorable, donde la riqueza cultural de Panamá se muestra al mundo a través de sus trajes, música y expresiones artísticas.
La combinación de música, color y artesanía no solo deleitará a los asistentes, sino que también consolidará a Las Tablas como el epicentro de la expresión folclórica nacional, recordando a todos que la pollera es mucho más que un traje: es un símbolo de historia, orgullo y pertenencia para todos los panameños.


