La confirmación de los tres primeros casos de la influenza A(H3N2) con la variante K en el país encendió las alertas sanitarias y volvió a poner en primer plano la importancia de la vigilancia epidemiológica y la prevención, en un contexto internacional marcado por el aumento de contagios en Europa y Estados Unidos.
Se trata de una variante del virus de la influenza A que se caracteriza por un inicio brusco y síntomas intensos, muy distintos a los de un resfrío común.
Las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) siguen de cerca su evolución, y declararon hace más de una semana una alerta epidemiológica.
Síntomas más frecuentes
Entre las señales más habituales de la gripe H3N2 se encuentran la fiebre alta repentina —generalmente por encima de los 38 grados—, escalofríos, fuerte malestar general y dolores musculares intensos, sobre todo en piernas, espalda y brazos. A esto se suman dolor de cabeza persistente, tos seca, dolor de garganta y congestión nasal.
El cansancio extremo es otro de los síntomas distintivos y puede prolongarse durante varios días, incluso después de que la fiebre haya cedido. En niños pequeños y adultos mayores también pueden presentarse náuseas, vómitos o diarrea, aunque estos cuadros son menos frecuentes en adultos jóvenes.
Qué diferencia a la H3N2 de un resfrío común
A diferencia de un resfrío, que suele evolucionar de manera leve y progresiva, la gripe H3N2 aparece de forma repentina y con mayor intensidad. Especialistas advierten que esta cepa puede provocar complicaciones en personas pertenecientes a grupos de riesgo, como adultos mayores, embarazadas, niños pequeños y pacientes con enfermedades crónicas.
La transmisión se produce principalmente a través de gotitas respiratorias al toser, estornudar o hablar, y también por el contacto con superficies contaminadas.

Prevención y cuidado comunitario
En línea con lo que vienen remarcando las autoridades sanitarias, la vacunación anual continúa siendo la principal herramienta de prevención. A esto se suman medidas básicas pero efectivas, como el lavado frecuente de manos, la ventilación de los ambientes, evitar el contacto cercano con personas con síntomas y el uso de mascarilla en caso de presentar signos respiratorios.
Tal como se ha subrayado en recientes informes sobre salud pública, la detección temprana y la consulta oportuna resultan claves para evitar complicaciones y reducir la circulación del virus.
Cuándo consultar al médico
Ante la aparición de fiebre alta, dolores musculares intensos y síntomas respiratorios marcados, se recomienda no automedicarse, mantener reposo, hidratarse adecuadamente y consultar con un profesional de la salud, especialmente si los síntomas persisten más de 48 horas o si la persona pertenece a un grupo de riesgo.
La experiencia reciente con la covid-19 demuestra que la prevención y la responsabilidad individual siguen siendo herramientas centrales para enfrentar los brotes estacionales y proteger a los sectores más vulnerables de la población.


