La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una alerta preocupante: Panamá se encuentra entre los países en riesgo ante la expansión de la fiebre amarilla en América Latina.
En su más reciente Evaluación Rápida de Riesgo (RRA), el organismo internacional advirtió que el brote actual representa una amenaza de nivel alto para la salud pública en la región, con posible diseminación del virus a territorios que históricamente eran considerados de bajo riesgo, incluyendo Panamá.
El informe, publicado el 23 de mayo, señala que el número de casos confirmados de fiebre amarilla en la región de las Américas se ha multiplicado por ocho entre enero y mayo de 2025, en comparación con el mismo período del año anterior. Se han notificado 221 casos humanos y 89 muertes en países como Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, con una tasa de letalidad del 40%.
Panamá en el radar epidemiológico
La OPS advierte que existe una creciente posibilidad de que la fiebre amarilla se propague hacia Panamá, debido a su proximidad con zonas afectadas en Colombia y a las condiciones ecológicas favorables para la transmisión del virus por mosquitos.
De hecho, el documento menciona directamente a Panamá como una de las áreas en riesgo de ser alcanzada por una ola zoonótica, si el actual ciclo de transmisión en áreas selváticas continúa intensificándose.
La alerta también pone el foco sobre la baja cobertura de vacunación contra la fiebre amarilla en la región. Aunque algunos países como Guyana o Trinidad y Tabago han alcanzado coberturas superiores al 90%, otros, como Brasil, Bolivia, Perú y Venezuela, siguen por debajo del 80%.
En el caso de Panamá, aún no se dispone de datos actualizados de cobertura vacunal, lo que representa una debilidad significativa en la preparación frente a una posible introducción del virus.

La OPS recomienda a los países con riesgo potencial —como Panamá— que establezcan reservas de vacunas, refuercen las campañas de inmunización y mejoren la vigilancia activa en zonas de riesgo.
Confusión diagnóstica y población vulnerable
La fiebre amarilla es una enfermedad hemorrágica viral que puede confundirse fácilmente con el dengue u otras infecciones similares, dificultando su diagnóstico temprano.
La OPS resalta que muchos de los casos recientes han ocurrido en personas no vacunadas, especialmente trabajadores rurales, agricultores y personas en contacto frecuente con áreas forestales.
En este contexto, se recomienda capacitar al personal de salud panameño para la detección clínica oportuna de la enfermedad y asegurar la disponibilidad de laboratorios con capacidad diagnóstica adecuada.
La OPS concluye que el riesgo general para la salud pública por fiebre amarilla en las Américas es “alto”, con un nivel de confianza también “alto”. Por eso, insta a los gobiernos a fortalecer las medidas preventivas y garantizar una respuesta rápida ante nuevos brotes.
Para Panamá, este informe representa una advertencia urgente. Con la enfermedad acercándose a sus fronteras y la vacunación en entredicho, el país debe actuar de inmediato para evitar un posible brote que podría tener graves consecuencias sanitarias y sociales.


