El proyecto de ley 19, que busca garantizar servicios de salud las 24 horas, los siete días de la semana en todo el país y que actualmente se discute en una subcomisión de la Comisión de Salud, Trabajo y Desarrollo de la Asamblea Nacional, ha puesto de relieve las graves deficiencias del sistema de salud panameño.
La iniciativa, presentada por el diputado independiente Betserai Richards, propone que los centros de salud, subcentros, puestos de salud y otros establecimientos permanezcan abiertos, al menos, de 7:00 a.m. a 7:00 p.m., todos los días de la semana.
Richards ha criticado a los médicos del sistema público, asegurando que “trabajan tres horas y se van a sus clínicas privadas. Se oponen a que el país tenga hospitales 24/7. Basta de estos intereses de grupos gremiales que defienden sus clínicas privadas”.
Asimismo, planteó la contratación de médicos extranjeros para la formación de médicos residentes en Panamá, lo que generó un fuerte rechazo por parte de la comunidad médica.
Por su parte, el ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, manifestó el pasado domingo en un programa televisivo que está convencido de que los médicos que laboran en el sector público no deberían ejercer en el sector privado, y viceversa.
Boyd Galindo explicó que ha recibido múltiples quejas de pacientes que aseguran que algunos doctores trabajan hasta ciertas horas y luego se va a sus clínicas privadas.
El ministro enfatizó que le ha dicho a los directores y administradores de centro de salud y hospitales que el que no cumple con sus horas laborales se les tiene que descontar el salario, y si reincide, debe salir del sistema.
Crisis en salud: estructural y multifactorial
La Federación Nacional de Médicos Residentes e Internos de Panamá (Fenameri) manifestó su desacuerdo y aclaró que los programas de residencias médicas en el país están regulados por la Comisión Nacional de Docencia de Médicos Residentes e Internos, con planes curriculares estrictamente supervisadas por los hospitales docentes.
Fernando Pérez, presidente de Fenameri, explicó que proponer la contratación de médicos extranjeros para la formación de residentes es desconocer el esfuerzo acumulado en los programas de maestrías y doctorados clínicos regulados por la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá y quita reconocimiento a la labor de los especialistas y subespecialistas docentes panameños hacia los médicos residentes e internos.
Aseguró que la calidad de la formación médica en Panamá es incuestionable y advierte que la crisis del sistema de salud es estructural y multifactorial.
Según Pérez, esta situación se debe a la falta de presupuesto e inversión, que provoca retrasos en los pagos al personal, desabastecimiento de insumos y medicamentos, infraestructura deficiente y escasez de recursos humanos, dificultades que los gremios médicos nacionales han señalado reiteradamente a lo largo de los años.
La Fenameri también enfatizó que culpar al gremio médico por estas deficiencias genera cuestionamientos injustos hacia los profesionales de la salud y no se ajusta a la realidad del sector.
Adjuntos
Postura oficial FENAMERI.pdfAnte este panorama, la federación propone fortalecer la formación médica nacional incrementando las plazas de residencias médicas, facilitando la formación de subespecialistas a nivel nacional y asegurando el abastecimiento oportuno de insumos médicos, quirúrgicos y tecnológicos en los hospitales docentes.
La Fenameri reafirmó su disposición al diálogo, su compromiso con una política sanitaria integral y sostenible, y la necesidad de garantizar condiciones dignas tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud.
La federación concluyó que Panamá no necesita importar médicos para suplir carencias, sino un compromiso real con la educación médica continua que potencie el talento de quienes ya se forman en los hospitales docentes y asegure la excelencia académica y la calidad en la atención de todos los ciudadanos.

