“No podemos acostumbrarnos, no podemos callar y mucho menos normalizar lo inaceptable”, dijo Edith Castillo, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en Panamá, al referirse a la grave situación de violencia de género que atraviesa el país.
Según cifras del Ministerio Público, en lo que va del año se han registrado 12 femicidios. Castillo calificó estos hechos como ‘vidas jóvenes perdidas’, en referencia a los recientes casos ocurridos en Aguadulce (Coclé) y Santiago (Veraguas)."
La representante advirtió que la magnitud del problema evidencia una herida abierta en la sociedad panameña y graves fallas estructurales. “Cada femicidio no es una cifra más; es una vida perdida y una sociedad impactada”, subrayó.
Ante este panorama, el Unfpa relanzó la campaña “Letras contra la Violencia”, una iniciativa que busca transformar la indignación en acción colectiva y acompañar al país en la garantía de que todas las mujeres vivan libres de violencia.
Castillo explicó que la violencia física y psicológica deja “huellas visibles e invisibles tanto en las mujeres como en sus familias”. La campaña toma esas cicatrices como materia prima para crear tipografías formadas a partir de las marcas del maltrato, símbolo de resistencia y transformación.
“Cada letra nace del dolor, pero se convierte en un mensaje de cambio. Únete y usa nuestras letras contra la violencia”, afirmó la representante del Unfpa.
Las cifras oficiales reflejan la persistencia del problema. El año con más femicidios fue 2020, con 31 casos, seguido de 2023, con 23.
Cuando se amplía la mirada a las muertes violentas de mujeres y a las tentativas de femicidio, el panorama es todavía más preocupante: se contabilizan 114 muertes violentas y 68 tentativas en el mismo período.
De enero a septiembre de 2025, el Ministerio Público reportó 12 femicidios, 9 tentativas y 15 muertes violentas. Para el mismo lapso de 2024, las cifras fueron 16 femicidios, 2 tentativas y 20 muertes violentas.

Frente a estos datos, la Alianza de Mujeres de Panamá y organizaciones aliadas hicieron un llamado urgente al Gobierno para que cumpla con las leyes y ponga fin a lo que califican como una “violencia institucional”.
Entre sus demandas destacan el fortalecimiento del Ministerio de la Mujer, con más recursos y estructuras que le permitan coordinar acciones con el Ministerio Público, la Policía Nacional, el Órgano Judicial y otras entidades competentes.
También solicitan una investigación exhaustiva sobre posibles omisiones en la atención de casos por parte de funcionarios, con sanciones inmediatas cuando se comprueben fallas que vulneren derechos humanos.
Activistas y organizaciones coinciden en que la urgencia está en convertir la indignación en acción para detener las muertes y garantizar justicia para las víctimas y sus familias.
Frente a esta alarmante realidad, las organizaciones y activistas insisten en que la indignación no basta: es necesario transformar el dolor y la preocupación en acciones concretas que detengan las muertes, garanticen justicia y construyan una sociedad donde ninguna mujer viva con miedo.
La campaña “Letras contra la Violencia” se convierte así en un símbolo de resistencia y un recordatorio de que cada femicidio deja una herida que la sociedad no puede ni debe ignorar.


