La formación científica en las aulas de clases de las escuelas oficiales de Panamá está en aprietos por la falta de laboratorios, pese a que el país tiene como objetivo convertirse en un hub regional para el desarrollo de la tecnología y la innovación.
La realidad es que el 52% de las escuelas oficiales del país que ofrecen el bachiller en ciencias no cuentan con laboratorios y tampoco hay recursos.
Así lo reconoció la ministra de Educación, Maruja Gorday de Villalobos, en un foro sobre educación organizado por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) en mayo pasado, en donde precisó que hay 72 escuelas oficiales de bachillerato en ciencias que no tienen laboratorios.
Los datos del Ministerio de Educación (Meduca) muestran que en el país hay 320 escuelas que brindan el bachillerato en ciencias (138 escuelas oficiales y 182 particulares).
Frente a esta realidad, Mariana León, presidenta de la Comisión de Educación de la Apede y vicerrectora Académica de Quality Leadership University, indicó que es importante que existan mecanismos para rápidamente identificar las escuelas que no cuentan con los insumos, herramientas y espacios necesarios para ofrecer ciertos bachilleres, y subsanar esas deficiencias lo más pronto posible.
“Si ya tenemos conocimiento de que existen escuelas que están ofreciendo bachilleres en ciencia sin laboratorio... ¿cómo podemos generar soluciones alternativas para que los estudiantes adquieran los conocimientos necesarios antes de graduarse?”, añadió.
A juicio de León es fundamental reflexionar sobre la cantidad de bachilleres que se ofrecen en Panamá. Además, dijo que uno de los motivos por los cuales sucede lo de los bachilleratos científicos es que las universidades (especialmente las oficiales) exigen bachilleres específicos para poder entrar en carreras o programas académicos específicos.
Ivonne Torres Atencio, presidenta de Ciencia en Panamá y catedrática de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, lamentó la situación porque las posibilidades de que estudiantes egresados del sistema público de educación entren a la universidad se reducen, ya que llegan en desventaja con respecto a sus pares de colegios particulares.
“La brecha en la educación se ha vuelto algo sistémico, y los gobiernos han sido permisivos. Pero esto es responsabilidad de todos los actores involucrados: educadores, directivos, gobierno y padres de familia”, expresó.
Torres Atencio consideró que la falta de dinero para tener en óptimas condiciones las escuelas obedece, en parte, al sistema burocrático que impide la gestión y ejecución del llamado Fondo de la Equidad y Calidad de la Educación (FECE), y destacó que los directivos de colegios con bachilleratos en ciencias deberían unirse para alcanzar acuerdos que permitan estandarizar y homologar sus instalaciones del componente científico necesario.
Si bien la educación es un bien que no es tangible de manera inmediata, lo que tenemos ahora es el resultado de décadas de poca atención al problema educativo y las evidencias hablan por sí solas, remarcó.
Desarrollo científico, un gran reto de país
Con la falta de laboratorios en las escuelas oficiales que ofrecen el bachillerato en ciencias es dificultoso desde el aula incentivar la formación de futuros científicos y llenar el vacío que tiene el país en cuanto a investigadores, según las especialistas.
Los informes proporcionados por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) reflejan que hay solamente 860 investigadores en el buscador Google Scholar, donde se muestran los resultados de documentos de contenido académico-científico de fuentes como editoriales, bibliotecas, repositorios y bases de datos bibliográficas, entre otros.
Aunque se considera que podría haber un subregistro de alrededor de 900 investigadores, ya que no todos tienen un perfil en Google Scholar, existe un déficit de investigadores en la sociedad panameña, es decir, que, en el mejor de los casos, se tienen aproximadamente 225 científicos por cada millón de habitantes. El promedio mundial es de mil investigadores por cada millón de habitantes.
Ante la necesidad de científicos y las dificultades que enfrentan las escuelas para crear este semillero, la Senacyt lleva adelante varios programas. La directora de Innovación en el Aprendizaje y la Tecnología de la Senacyt, María Heller, indicó que sería bueno que las escuelas contaran con los materiales necesarios para que los estudiantes puedan desarrollar sus clases adecuadamente.
Añadió que la entidad cuenta con un pequeño banco de recursos —de materiales muy específicos— que suelen prestar a los profesores interesados, pero alcanza para muy pocos.
Sostuvo que capacitan a los docentes de básica y media en temas científicos, y a través de ellos esperan impactar a los estudiantes.
Heller mencionó que a través de actividades como la Olimpiada Panameña de Ciencias Espaciales promueven entre los estudiantes el interés por la física y las ciencias espaciales; con concursos de química en la cocina para comprender los cambios físicos y químicos que ocurren en actividades cotidianas como la preparación de los alimentos, etc.
Otras iniciativas
La Senacyt también lleva adelante programas como: seguimiento al talento académico, jóvenes científicos y la Feria Científica del Ingenio Juvenil para potenciar el talento, las capacidades y el interés por la ciencia desde edades tempranas.
Así lo informó Omaira Michelle Rodríguez, subdirectora de la Dirección de Desarrollo de Capacidades Científicas y Tecnológicas de la Senacyt, quien explicó que el programa jóvenes científicos es un programa en el que estudiantes de media desarrollan un proyecto de investigación de su interés con un científico destacado, quien guía a estos jóvenes estudiantes para realizar proyectos de investigación por un periodo de seis meses.
Rodríguez destacó que con la feria científica desarrollada una vez al año y los evaluadores nacionales e internacionales seleccionan los proyectos ganadores. Estos proyectos representan a Panamá en las ferias internacionales, dijo.
Mientras, en el programa de seguimiento de talento la Senacyt brinda fondos a las universidades para que desarrollen un programa extracurricular para estudiantes con talento académico comprobado.
Para el desarrollo de los programas arriba mencionados la entidad destina un promedio anual estimado en alrededor de 400 mil dólares, dinero que proviene del presupuesto de inversión. El monto varía en función de la cantidad de estudiantes beneficiarios.
Por ejemplo, en el programa de seguimiento de talento académico, de 2013 a 2022 se han beneficiado 697 estudiantes desde séptimo a noveno grado; en el programa jóvenes científicos, entre 2015 y 2022 han participado 791 estudiantes de 13 a 17 años de edad; y en la Feria Científica del Ingenio Juvenil un total 974 estudiantes han presentado proyectos.
En resumen, las personas consultadas coinciden en que el sistema educativo debe facilitar la adquisición de esta cultura científica y tecnológica, por lo que se hace necesario ofrecer una enseñanza adecuada.
