El Ministerio de Ambiente dio a conocer ayer martes un diagnóstico de cómo se encuentran los bosques del país y cuánto se viene deforestando durante los últimos años.
La entidad comenzó indicando que, a un año de la puesta en marcha del Programa Nacional de Restauración Forestal, se han restaurado 187 mil 657 hectáreas, un objetivo “clave” para encaminar al país a lograr la meta a largo plazo de carbono neutralidad al 2050. La meta que se había establecido en el primer año era de 51 mil hectáreas.
De ese total, 8 mil 452 hectáreas se recuperaron por medio de modalidades como sistemas silvopastoriles, plantaciones forestales y agroforestería. La otra parte, 179 mil 204, corresponde a hectáreas recuperadas de rastrojos y bosques secundarios a través de la regeneración natural asistida.
Según Víctor Cadavid, director nacional de Forestal del Ministerio de Ambiente, actualmente la cobertura boscosa del país abarca un 68% del territorio.
En cuanto a la deforestación, las estadísticas de la entidad dan cuenta que la tasa de deforestación anual entre 2000 y 2012 en Panamá era de 11 mil 415 hectáreas, mientras que entre 2012 y 2022 pasó a 3 mil 14 por año.
“La realidad de los bosques en Panamá es que desde 2019 aumentamos la cobertura boscosa en 3%, pero esto no significa que no tenemos deforestación, sino que se ha reducido”, apuntó.
En palabras del funcionario, el desafío que deben afrontar es cómo proteger el 68% de cobertura boscosa a nivel nacional.
“También hemos contado con el apoyo de varios socios estratégicos con los cuales se han establecido proyectos de restauración forestal a nivel nacional, con énfasis en las modalidades de reforestación, regeneración natural asistida y agroforestería”, manifestó.
De acuerdo con Cadavid, la provincia de Panamá es una de las que presenta mayor amenaza en lo relacionado con sus bosques, lo cual tiene que ver con el crecimiento demográfico y la frontera agrícola y ganadera en algunas áreas de sus periferias.
En Darién, indicó que la situación ha mejorado. De hecho, en la última década, en esa provincia apartada del país era donde más casos de deforestación ilegal se reportaba, aunque desde 2019 fueron suspendidos los permisos de aprovechamiento forestal.
Más eficiencia
Erika Pinto, representante asistente en Panamá de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), manifestó que el actual escenario relacionado con la conservación de los bosques en Panamá es un “incentivo”, para continuar promocionando este tipo de actividades.
“Hay que continuar mejorando los sistemas de monitoreo de estos bosques”, puntualizó Pinto.
A su vez, subrayó que debe existir una transformación sobre cómo producimos nuestros alimentos, con el fin de impactar menos los recursos naturales. “Eso significa que debemos ser más eficientes al momento de producir en una hectárea y así evitar el avance de la frontera agrícola”, acotó.
Frente a los datos que presenta el Ministerio de Ambiente, Isaías Ramos, biólogo del Centro de Incidencia Ambiental, menciona que la realidad que observa la población es muy diferente: los ecosistemas boscosos están amenazados y cada vez más degradados a lo largo del país, con una continua pérdida de la conectividad de los remanentes.
“Recordemos la fragmentación de áreas protegidas como Donoso o los diferentes pretextos que se usan para afectar y usar los manglares y los bosques ribereños, de Chiriquí a Darién, para el desarrollo de carreteras, puertos u otra infraestructura como aeropuertos”, dijo.
También mencionó que en la zona del mar Caribe, los bosques son afectados por la frontera agropecuaria y la minería metálica, parte del malentendido desarrollo que sigue bajo el planteamiento de la “conquista del Atlántico”.
Ramos hizo una sugerencia a la entidad ambiental: “el lema de este año es ‘bosques y salud’, un llamado para cuidar de los bosques, no solo beneficiarnos de ellos. Más que invertir dinero en árboles dispersos, se deben usar los recursos en preservar la enorme biodiversidad de los bosques del país”.
