La promesa data de finales de 2010: con la construcción de la línea 1 del Metro de Panamá y el ambicioso plan de ordenamiento vial se acabaría con los tranques en la ciudad de Panamá en dos o tres años.
El plan de la nueva red vial de la capital consistía en la edificación de 16 interconexiones que debían estar listas para 2014, pero solo se concretaron 8.
La situación originó que en 2011 la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) elaborara un trabajo, mediante el cual se identificó un total de 67 “puntos críticos” en los que se concentra el tráfico vehicular en la ciudad de Panamá.
Las rutas troncales como la vía España, Ricardo J. Alfaro (Tumba Muerto), Simón Bolívar (Transístmica), Domingo Díaz (Tocumen), calle 50, avenida José Agustín Arango, avenida Israel y avenida Balboa son las áreas en donde se concentra más el problema.
Hoy, la realidad es bastante similar: las principales calles están colmadas de vehículos, lo que implica que quienes conducen pierdan tiempo y dinero.En 2010 había un parque automotor de unos 600 mil vehículos y hoy ese número llega a 1.2 millones, de los cuales 650 mil están en la provincia de Panamá.
Diferentes gremios como la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap) y la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA) han reclamado acciones inmediatas que ayuden a minimizar el tranque.
Sandra Escorcia, miembro de la Comisión de Urbanismo de la SPIA, manifestó que el hecho de tener identificado los puntos críticos y construir calles y viaductos, no hará que la situación se mejore por sí sola.
Desde su punto de vista, hace falta un mayor dinamismo de parte de instituciones como la ATTT, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y los gobiernos locales. Añadió que la situación que se vive “cada día es más grave y urgente de resolver”.
Como medidas inmediatas, el gremio ha solicitado una mejor regulación del sistema de transporte público. Han sugerido, por ejemplo, que se reduzca a la mitad la cantidad de taxis –se estima que hay 22 taxis por cada mil habitantes en todo el país–. Igualmente, que se ponga “mano fuerte” tanto a los buses piratas como a los “diablos rojos”.
También reclaman que se reactive el Consejo Nacional de Seguridad Vial, para que analice el fenómeno y proponga alternativas.Los planteamientos de Escorcia son compartidos por Roberto Moreno, exdirector de la ATTT, quien manifestó que el problema ha sido originado por el crecimiento demográfico, el aumento en el parque vehicular –que se estima que es de 60 mil carros nuevos por año– y la falta de políticas de agilización del tráfico por parte de las actuales autoridades.
Sugirió que haya una mayor presencia de agentes de tránsito en las “horas pico” y una adecuada coordinación de los semáforos, además de una serie de medidas como señalización y monitoreo en tiempo real del tráfico vehicular.
PÉRDIDAS
De hecho, durante la pasada gestión, se impulsaron varias medidas para aliviar los tranques: la restricción del tránsito de camiones en horas de la mañana, el cambio del día de pago a los trabajadores, la prohibición del cruce de vehículos por la calle 50 en un horario de 4:00 p.m. a 6:00 p.m., así como la modificación en los horarios de trabajo, sin embargo, nada se concretó.
Jorge García Icaza, vicepresidente de la Cciap y coordinador de la Comisión de Transporte del gremio empresarial, informó que de acuerdo con estudios que han hecho, los congestionamientos vehiculares producen pérdidas diarias en la capital de un millón de dólares.
A juicio de García Icaza, los tranques nunca van a desaparecer. “Vamos a tratar de mejorar el flujo y la movilidad, pero en todas las ciudades grandes y densas del mundo hay tranques en horas pico”, manifestó.
NUEVA APUESTA
Para minimizar el fenómeno, el actual Gobierno apuesta a la implementación del Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable, documento que enfoca los esfuerzos hacia una movilización más ágil. Toma en cuenta varios componentes como, por ejemplo, un eficiente transporte público de pasajeros, mejor vialidad y la recuperación de espacios públicos y aceras para una mejor circulación peatonal.
El ministro de Gobierno, Milton Henríquez, explicó que con ese documento se desarrollarán políticas de movilización en la capital que permitirán modernizar la urbe con un plan que se extenderá por los próximos 30 años.
Mientras que Fernando Aranda, jefe de Tránsito y Seguridad Vial de la ATTT, detalló que se trabaja en aumentar hasta 300 la cantidad de agentes para que dirijan el tráfico en las “horas pico” –actualmente hay 184–. Además, se busca la forma de sincronizar de manera óptima los semáforos, sin embargo, Aranda precisó que la principal causa de los tranques es el manejo desordenado por parte de los conductores, por lo que les pidió paciencia y tolerancia.
Urge trabajo e inversión colectiva
Es ingenuo pensar que un problema colectivo como el transporte o el tráfico se va a resolver de manera individual con que cada persona tenga un carro. Eso no va a funcionar en ninguna parte del mundo.
Se requiere un trabajo y una inversión colectiva, que tiene que estar por encima de las condiciones financieras del mercado y velar por una
rentabilidad social.
Hemos entregado todo al pensamiento casi religioso de que el mercado resuelve y eso no está pasando. La única forma de resolver esta situación es mediante la inversión en el transporte colectivo, la creación de espacios públicos y en ofrecer las condiciones necesarias para que las personas puedan circular en bicicletas y caminar. Estas son las formas de resolver los problemas de movilidad urbana que el automóvil particular jamás logrará resolver.
*Arquitecto