El crecimiento de los asentamientos informales en las cercanías del cerro Patacón, ubicado en el corregimiento de Ancón, a 15 minutos de la ciudad capital se ha convertido en un fenómeno social y ambiental que preocupa a las autoridades y organizaciones ambientales.
Se estima que en las comunidades aledañas a la zona habitan más de 18 mil personas en asentamientos informales como Guna Nega, Calle 50, El Cuipo 1 y 2, Valle de San Francisco, La Isla, entre otros barrios.
De las 162 hectáreas que comprende el relleno sanitario, 80 han sido utilizadas como vertedero. El resto está destinado para futuras ampliaciones del centro de disposición de desechos; sin embargo, 30 hectáreas están ocupadas por asentamientos informales.

Según el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), desde 2023 se identificó, a través de mesas de trabajo, que estas comunidades deben ser reubicadas. La razón es que las familias se encuentran en riesgo por la contaminación ambiental que afecta su salud, debido a la cercanía con los desechos, lixiviados, malos olores y plagas.
En los últimos años, el número de familias establecidas en esta zona ha aumentado de manera significativa, muchas de ellas atraídas por la posibilidad de generar ingresos mediante actividades relacionadas con el vertedero. En este relleno llegan entre 2,500 a 3,000 toneladas de desechos entre los distritos de Panamá y San Miguelito.
Informalidad en aumento
En 2017, las autoridades del Miviot reportaban 75 familias que vivían en las faldas del cerro Patacón, a unos 2 kilómetros del sitio donde se manejan los desechos tóxicos. Esta ubicación cumplía con la norma establecida en el Decreto Ejecutivo 275 del 21 de julio de 2004 del Ministerio de Salud (Minsa), que regulaba la distancia sanitaria para los rellenos sanitarios.
Con el paso de los años, la cifra fue aumentando. En 2023 se reportaron 200 viviendas, a unos 500 metros del relleno sanitario. Este cambio se debe a que en 2016 el Decreto Ejecutivo 275 fue modificado, reduciendo la distancia mínima entre áreas pobladas y rellenos sanitarios de 2 kilómetros a 300 metros.
Para 2025, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), actual administradora del relleno, reporta la existencia de 300 viviendas informales en las faldas del cerro.
Entre los moradores se encuentra Catalina Sánchez, madre soltera que, ante la necesidad de vivienda, construyó su casa en la comunidad de La Esperanza, en Guna Nega. “Soy madre soltera y debo sacar adelante a mis hijos”, expresó. Relató que primero levantó su casa con hojas de zinc y luego con bloques, aunque aún no la ha repellado. Ahora solicita a las autoridades agua potable, puentes y una cancha para los niños.
Para estas comunidades, el cerro Patacón no es solo un lugar de desechos, sino también la base de su sustento. Numerosos hogares dependen de la recolección de materiales reciclables —plásticos, metales, cartón— que luego venden a intermediarios o empresas de reciclaje.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2023, unas 8,988 personas residen a un kilómetro del vertedero, muchas de ellas trabajando como recicladores o pepenadores en el lugar.
En Guna Nega viven 1,444 personas; en La Isla, 226; en Calle 50, la población pasó de 16 a 532 habitantes; y en San Francisco viven 3,933 personas. Además, existe la barriada Génesis, construida en 2017, ubicada a tan solo 500 metros del borde del vertedero.
El administrador general de la AAUD, Ovil Moreno, abordó el tema de los asentamientos informales el pasado viernes 5 de septiembre, durante un recorrido con diputados de la Comisión de Población, Ambiente y Desarrollo de la Asamblea Nacional por el relleno sanitario.
Moreno explicó que hay personas que han ido ingresando poco a poco al perímetro del relleno. “El Ministerio de Vivienda ya tiene conocimiento de esta situación. Estas son personas que han ido entrando paulatinamente al área, y es la entidad encargada de atender este tema”, señaló.
El administrador agregó que en una de las áreas donde actualmente hay viviendas informales se proyecta la construcción de la próxima tina de vertido de Cerro Patacón.
Desde 2023, la Dirección de Asentamientos Informales del Miviot propuso la reubicación a largo plazo de estas familias y la construcción de un muro perimetral para evitar futuras ocupaciones.
Hay que recordar que este vertedero entre 2023 y 2024 se han dado múltiples incendios en la zonas de llantas y otras áreas que han provocado gran contaminación en la ciudad, siendo los mayores afectados los vecinos de cerro Patacón.
Reubicación incierta
Pese a estas propuestas, han pasado varias administraciones y aún no existe un plan formal de reubicación.
Un informe del investigador Francisco Yearwood, para la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, señala que existe una “falta de transparencia para conocer de manera detallada la existencia y avance del plan del Gobierno Nacional para reubicar a las familias en situación vulnerable en cerro Patacón”.
Yearwood realizó una investigación con el objetivo de analizar la transparencia y el acceso a la información sobre el plan del Gobierno Nacional para la reubicación de estas comunidades, mediante solicitudes de información con el propósito de evaluar el cumplimiento de la Ley 6 de 2002 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
En el informe-que se encuentra en la página web de Libertad Ciudadana- se señala que desde enero de este año se enviaron cartas a varias instituciones involucradas en el tema, como el Miviot, la AAUD, la Defensoría del Pueblo, entre otras, para conocer la existencia y el estatus de este plan de reubicación de estas comunidades informales, pero hasta el momento no se ha recibido respuesta a esta solicitud.
Riesgos a la salud y calidad de vida
Por su parte, Susana Serracín, presidente de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo (ACD), advirtió que el aumento de los asentamientos informales en la ciudad es un problema complejo que afecta la salud y calidad de vida de los habitantes. Señaló que la pobreza extrema, la falta de oportunidades y la exposición a riesgos ambientales, como gases tóxicos y patógenos, incrementan el riesgo de enfermedades respiratorias, gastrointestinales y cáncer.

Agregó que esta situación se ve agravada por la violencia y la delincuencia, lo que evidencia deficiencias en la gobernanza y en la gestión de residuos sólidos. Serracín subrayó la necesidad de soluciones sostenibles, como el reciclaje avanzado, la economía circular y la transformación de desechos en recursos útiles.
“El gobierno actual enfrenta el desafío de diseñar e implementar una hoja de ruta interinstitucional que convierta la teoría en acción, garantizando la planificación y la gestión integrada de residuos, con el objetivo de lograr comunidades más sostenibles, sanas e inclusivas”, concluyó.

