La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar que permite a las personas enfrentar el estrés cotidiano, desarrollar sus habilidades, aprender, trabajar y aportar a la comunidad. Además, la considera un derecho humano fundamental y un pilar para el desarrollo personal, social y económico.
Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia de este tema.
Con motivo de la fecha, La Prensa conversó con el psiquiatra argentino Ricardo Corral, presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras, quien reflexiona sobre el estigma y la discriminación en torno a los trastornos mentales.
“El prejuicio está basado en la ignorancia. Por eso es tan importante difundir información valiosa para nuestra comunidad. Con conocimiento se despejan los prejuicios y se reduce el estigma”, afirma.

El especialista explica que disminuir la discriminación genera un impacto positivo: Cuando se reduce el estigma, las personas se animan a llegar a la consulta. Muchas veces los prejuicios hacen que no busquen ayuda y se autoexcluyan.
¿De dónde proviene mayormente la discriminación hacia las personas con problemas de salud mental?
— En general, de la sociedad en su conjunto. Existe temor hacia lo que llamamos “locura”, un miedo muy arraigado en la historia de la humanidad. A esto se suma la creencia errónea de que los trastornos mentales pueden resolverse solo con voluntad. Se suele pensar que una persona con ansiedad o depresión podría mejorar “saliendo de vacaciones” o “poniéndole ganas”. Pero lo cierto es que son enfermedades como la hipertensión, la diabetes o el hipotiroidismo: no se resuelven con fuerza de voluntad, requieren diagnóstico y tratamiento.
La buena noticia es que existen tratamientos muy eficaces. De ahí la importancia de luchar contra el estigma y el autoestigma, para que las personas sepan que con atención profesional es posible mejorar su calidad de vida.

¿Qué impacto tiene este estigma en el acceso a la atención médica?
— Es determinante. Como en toda la medicina, lo ideal es prevenir y promover la salud. Pero cuando la enfermedad ya está presente, la detección temprana y el tratamiento precoz son claves. Cuanto antes una persona consulta, mejor pronóstico tendrá y más sencillo será su tratamiento.
¿Qué estrategias ayudan a enfrentar estos prejuicios?
— Es fundamental reconocer que la persona que padece un trastorno mental no se define solo por su enfermedad: tiene talentos, potencial y cualidades que debemos ayudar a desarrollar. La atención debe ir más allá del tratamiento médico; se trata también de acompañar en el camino hacia la autorrealización y una vida plena.
¿Qué papel juega la familia?
— Es central. La familia cercana, los amigos, los grupos primarios y la sociedad en general cumplen un rol de apoyo. Muchas veces la familia también sufre junto al paciente, por lo que necesita contención.
Usted menciona tres claves: esperanza, alegría y solidaridad. ¿Cómo influyen?
— Cuando alguien está enfermo necesita esperanza, la certeza de que puede mejorar. La alegría también cumple un rol esencial: no hablamos de una felicidad permanente, sino de una actitud frente a la vida. Hay personas con enfermedades mentales que viven con más alegría que otras sin ningún diagnóstico.
La solidaridad, por su parte, nos permite correr el foco del “yo” y mirar al otro. Una actitud compasiva y solidaria nos hace sentir mejor a todos como sociedad.
¿Qué mensaje daría a quien teme buscar ayuda por miedo a ser juzgado?
— Que sepa que siempre existe la posibilidad de estar mejor. Buscar ayuda no significa necesariamente iniciar un tratamiento largo; muchas veces basta con una orientación o con psicoterapia. En otros casos, sí se requiere medicación, pero hoy contamos con fármacos modernos y grandes avances en neurociencias que permiten ayudar incluso en enfermedades severas.
El mensaje es claro: hay esperanza, progreso y calidad de vida posible. No se trata solo de vivir con una enfermedad, sino de alcanzar bienestar y compartirlo con los seres queridos.
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La #saludmental importa en las emergencias. Sin apoyo, los efectos pueden durar años. Los niños son especialmente vulnerables. Los sistemas de salud necesitan prepararse para brindar salud mental en los desastres: es fundamental para la recuperación y la resiliencia@OEA_oficial pic.twitter.com/y4VWgJ8yZ0
— OPS/OMS (@opsoms) October 10, 2025
Datos clave sobre la salud mental que enfatiza la OMS:
Existen estrategias asequibles, eficaces y viables para promover, proteger y recuperar la salud mental.
La necesidad de actuar en relación con la salud mental es indiscutible y urgente.
La salud mental tiene un valor intrínseco y fundamental y es parte integral de nuestro bienestar general.
La salud mental está determinada por una compleja interacción de factores de estrés y vulnerabilidad individuales, sociales y estructurales.
