Entre los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) de Panamá, la interrogante resuena con fuerza: ¿cuándo se desembolsará el segundo pago del incentivo económico para la generación de investigación correspondiente al año 2025? Este retraso, que ya afecta a los investigadores del país, vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la sostenibilidad de las políticas de apoyo a la ciencia en Panamá.
El SNI, instrumento creado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), tiene como objetivo reconocer la excelencia investigativa mediante incentivos económicos y distinciones honoríficas.
Los beneficios se asignan con base en criterios de calidad, productividad, trascendencia e impacto de los trabajos científicos realizados. Sin embargo, este mecanismo se ha visto afectado por los recientes ajustes presupuestarios derivados de la contención del gasto público, lo que ha generado inquietud entre los investigadores.
El retraso en el desembolso del segundo pago de este año ha causado malestar entre los miembros del SNI, quienes expresaron su preocupación por la prioridad que se le brinda a la ciencia, en momentos en que se asignan fondos de forma discrecional a proyectos en los municipios de Chame y San Carlos, los cuales han generado fuertes cuestionamientos por parte de la sociedad civil en las últimas semanas.
La Ley 56 de 14 de diciembre de 2007, que creó el SNI, reconoce la importancia de la ciencia y la investigación para el progreso del país. A través de esta normativa se establece un esquema de incentivos para quienes contribuyen al avance científico y tecnológico de la nación. Esta ley subraya el valor de los investigadores y la necesidad de su apoyo para impulsar la competitividad, la productividad y el bienestar social de Panamá.
La Senacyt explica
Ante esta situación, el secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Eduardo Ortega Barría, detalló que el retraso en el pago del incentivo está directamente relacionado con las medidas de contención del gasto público implementadas en junio de este año, y no con la suspensión del beneficio.
“Estos incentivos no constituyen un salario; son reconocimientos adicionales sujetos a la disponibilidad de fondos del Estado”, aseguró Ortega Barría. Según el funcionario, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ya ha liberado los recursos necesarios, y el pago se realizará la próxima semana.

Ortega Barría también recordó que el SNI realiza los pagos de los incentivos de manera semestral, en enero y julio, y que, antes de la contención presupuestaria, estos se efectuaban de manera mensual. Sin embargo, debido a los ajustes fiscales, el pago correspondiente a julio se retrasó, aunque ya se han liberado los recursos necesarios. “La Senacyt inició el proceso de justificación ante el MEF para priorizar este incentivo y finalmente se logró la aprobación de los fondos”, explicó.
El SNI clasifica a los científicos en tres categorías: investigador nacional I, investigador nacional II e investigador distinguido, con base en la producción científica y el impacto de su trabajo. Para acceder a la categoría de investigador nacional I se exige al menos dos artículos publicados en revistas indexadas, mientras que para la categoría de investigador nacional II se requieren ocho artículos, con al menos tres como primer autor. La categoría de investigador distinguido, la más alta, exige quince artículos científicos, cinco de ellos como primer autor.
La evaluación de los investigadores se realiza cada tres años, y quienes no cumplen con los requisitos establecidos quedan fuera del sistema. Ortega Barría destacó que el SNI se basa en el mérito y que quienes no cumplen con los indicadores deben salir del sistema. “Es un mecanismo competitivo y riguroso”, señaló.
Ortega Barría afirmó que nunca, en los 18 años de existencia del SNI, se ha dejado de pagar el incentivo, aunque en esta ocasión el proceso se ha visto afectado por la contención fiscal. “Este retraso no es un incumplimiento, sino una demora causada por la situación fiscal del país”, subrayó.
El secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación concluyó que la Senacyt fue escuchada por el MEF y que, a pesar del retraso, se han liberado fondos no solo para este incentivo, sino también para otros proyectos científicos de impacto significativo. “La prioridad ha sido la ciencia, y aunque el pago llega con retraso, se va a cumplir”, finalizó Ortega Barría.
Este retraso, aunque justificado en términos fiscales, pone de manifiesto las tensiones entre las necesidades de la comunidad científica y las restricciones presupuestarias que enfrenta el país.
La realidad de la ciencia en Panamá
La falta de recursos ha marcado la historia de la ciencia, y en Panamá esta realidad se repite año tras año. La comunidad científica del país se ha propuesto como meta alcanzar una inversión equivalente al 1% del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia, tecnología e innovación para 2029, pero los recortes presupuestarios proyectados para el próximo año muestran que el país se mueve en dirección contraria.
La hoja de ruta trazada por la Senacyt contemplaba un crecimiento progresivo del presupuesto en un 0.2% del PIB por año, pero el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado presentado por el MEF para 2026 refleja un retroceso significativo.
Según el documento, la Senacyt pasará de manejar $83.3 millones en 2025 a $61.9 millones en 2026, una reducción de $21.3 millones. El golpe también alcanza al Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges), que tendrá un presupuesto de $35.3 millones, $4 millones menos que en la vigencia actual.

En contraste, la Asamblea Nacional mantendrá su presupuesto sin cambios para 2026, con $98.7 millones, lo que evidencia la prioridad desigual que enfrenta el sector científico.
El impacto no es menor. La Senacyt, tiene varias asociaciones interés público (AIP) bajo su paraguas como es el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat), Infoplazas, el Centro Nacional de Metrología de Panamá (Cenamep), Coiba, Investigación Científica Aplicada en Tecnología de Información y Comunicaciones (Indicatic) y el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (Cieps).



