Hace ocho meses, el presidente José Raúl Mulino ordenó públicamente revisar —y eventualmente rescindir— las concesiones otorgadas a Amador Marina, S.A., en la isla Flamenco, en la entrada del Canal de Panamá. Sin embargo, poco se ha avanzado en ese proceso, lo que ha permitido que la empresa inicie trabajos de campo en la zona.
La Autoridad Marítima de Panamá (AMP) dijo que desconoce en qué consisten estas labores, las cuales La Prensa pudo constatar el pasado viernes.
El proyecto está vinculado al estadounidense Louis Sola, expresidente de la Comisión Marítima Federal (FMC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos hasta junio pasado, y quien fue cuestionado por el propio presidente Mulino, tras afirmar ante el Senado estadounidense que había un presunto control de China en las operaciones del Canal.
En febrero pasado, un mes después de la audiencia en el Senado en la que participó Sola, Mulijo dijo que su gobierno no le daría “concesiones importantes” con “alguien que nos ataca miserable y falsamente”, en alusión a Sola.
“Que vaya viendo dónde va a hacer negocios”, agregó el presidente aquella vez.
Sin embargo, la revisión ordenada por el mandatario sigue inconclusa.
El administrador de la AMP, Luis Roquebert, dijo a La Prensa que la institución está analizando más de 8,600 concesiones marítimas activas en todo el país, entre las que está la de Amador Marina.
“No nos estamos enfocando en una sola. Estamos revisando todas las concesiones que hemos otorgado. Si hay irregularidades, se atenderán”, dijo Roquebert cuando La Prensa le mostró fotos y videos de los trabajos que Amador Marina inició en isla Flamenco.
Roquebert agregó que el expediente continúa en análisis y que no puede anticipar si la concesión será revocada.
“Lo que deseo es que todo se maneje de forma transparente y apegado a la ley. No creo que podamos revocar, porque podríamos tener problemas legales. Pero si al final hay que hacerlo, se hará”, aseguró.
El administrador no definió plazos ni criterios claros para concluir la revisión.
“En Amador, esa es un área que tuvo un boom muy rápido, de mucho apetito, y que ahora mismo no solo esa concesión de Amador Marina estamos revisando, sino todas las otras”, resaltó.
— Entonces, ¿la orden del presidente Mulino hecha hace ocho meses no se ha completado? —cuestionó La Prensa.
“Bueno, él [Mulino] nos pidió revocar. Eso significa revisar”, respondió Roquebert.
Amador Marina obtuvo en 2023, por parte de la AMP, una concesión sobre 11.3 hectáreas de fondo marino, donde pretende construir una marina privada para yates y, eventualmente, un puerto para cruceros. Antes, en 2021, recibió de la Unidad Administrativa de Bienes Revertidos (UABR) otras 2.7 hectáreas en tierra firme para edificar ahí una plaza comercial y oficinas.
Durante esta administración, el Ministerio de Ambiente aprobó un estudio de impacto ambiental (EIA), categoría II, a favor de la marina.
Esta zona es ampliamente conocido por Mulino, ya que en el espacio que ahora ocupa Amador Marina se suponía que se construiría una base del Servicio Nacional Aeronaval (Senan). El Senan cedió ese espacio a Amador Marina. Aquello ocurrió durante el gobierno de Ricardo Martinelli (2009-2014), cuando Mulino era ministro de Seguridad Pública.
Trabajos a toda máquina
Aunque la solicitud presidencial sigue pendiente, Amador Marina mantiene operaciones visibles. El pasado viernes por la mañana, La Prensa observó que se realizan trabajos de remoción con una retroexcavadora, que no dejó de operar ni siquiera cuando empezó a llover. También había varias embarcaciones fondeando frente a la concesión y una carpa azul.

Roquebert dijo que no sabe qué ocurre en el lugar; tampoco si hay algún tipo de actividad comercial, ya que este medio aprecio que un sujeto que estaba en una carpa azul descendió una llanta para una de las embarcaciones, que se acercó al lugar.
“No me han reportado esas actividades. Vamos a programar inspecciones y revisiones más frecuentes. Vamos a ver si la próxima semana ya estaremos viendo esos temas más puntuales”, dijo.
Aun así, justificó la falta de acciones inmediatas.
“Así como este caso, surgen otros en todo el país”, añadió, sin detallar.
Al menos dos embarcaciones arribaron y su tripulación se acercó a la carpa, en busca de insumos. No se logró determinar qué se entregó a una de las más grandes —identificada como Miss Electra Supply—, pero sí a una más pequeña (la llanta ya mencionada).
Frente a la tolda azul había una cerca metálica movible, que fue ligeramente apartada para permitir el paso de la maquinaria. En el área trabajaban unas seis personas y uno de los encargados se retiró poco después del mediodía.
Tensiones con Sola
Antes de dejar la presidencia de la FMC —organismo que regula el comercio marítimo internacional de Estados Unidos—, Sola, tras sus declaraciones sobre el Canal y el supuesto control chino, promovió la creación de un fondo soberano estadounidense para invertir en Panamá, con el argumento de contrarrestar la influencia china. No se sabe si aquella idea del fondo se concretó.

Antes de la renuncia de Sola, la FMC anunció la apertura de un proceso de consulta pública para evaluar si el Canal de Panamá ha impuesto regulaciones que afecten el comercio internacional, lo que podría servir de base para futuras sanciones contra el país.
La Prensa envió un breve cuestionario a Carolyn Sola, hija de Sola que preside de Amador Marina, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.

Louis Sola fue apoderado de la sociedad hasta 2018. Mientras fue comisionado de la FMC, realizó visitas oficiales a Panamá y, al menos en uno de esos viajes, aprovechó para participar en una reunión convocada por la ACP con los responsables de Amador Marina, para examinar la compatibilidad de ese proyecto con las operaciones del Canal.

