¿Es la maldad inherente en las personas o una creación de la sociedad? Para el filósofo inglés Thomas Hobbes (1588 - 1679) ‘el hombre es el lobo del hombre’, aludiendo a la naturaleza egoísta de las personas. Por otro lado, el polímata suizo Jean-Jacques Rousseau (1712 - 1778) argumentaba que la maldad humana es una construcción social, y que el ser humano en su estado natural es esencialmente bueno.
Como estos ejemplos, se pueden encontrar otros miles, donde la filosofía, la religión o la ciencia, intenta explicar el origen o los motivos de la maldad en el hombre.
No es de extrañar que otras disciplinas como el arte también hayan intentado mostrar su punto de vista de esta característica humana. Ramas como el cine, la televisión y las historietas han hecho su propia exploración. Abarcando estas tres últimas está el reciente caso del manga y anime japonés Kimetsu no yaiba, que acaba de estrenar su tercera temporada: El arco de la aldea de los herreros. La cual se puede ver por la plataforma Crunchyroll.
También conocida en inglés como Demon Slayer la trama se centra en un joven llamado Tanjiro Kamado, quien se convierte en un cazador de demonios después de que su familia es asesinada por uno.
A lo largo de la serie, Tanjiro y sus compañeros se enfrentan a numerosos demonios, cada uno con su propia historia y motivaciones. Son precisamente estos trasfondos lo que usa la historia para indagar en el origen o motivos de la maldad humana.
Muchas de estas criaturas no se muestran como simples seres perversos, sino como personas que empujadas por diversas situaciones en su vida decidieron volverse demonios. Una infancia difícil, un ambiente familiar hostil, incapacidad para socializar, son algunos de los motivos que el anime presenta como posibles causas para explicar las acciones perversas de sus antagonistas, todas haciendo paralelismos a la vida real. Si bien, no hay pruebas definitivas sobre el tema, se cree que factores sociales, como maltrato, abandono, abusos sexuales, fueron las motivaciones de asesinos como Aileen Wuornos, Richard Ramirez: (Night Stalker), o David Berkowitz (Hijo de Sam), por mencionar algunos casos extremos.
Ambos lados
Pero la serie no se enfoca solo en quienes caen ante la tentación de las malas acciones, sino en quienes luchan contra ellas. Un ejemplo claro de maldad en la serie es el de Muzan Kibutsuji, el demonio más fuerte y el creador de muchos otros demonios. Muzan es retratado como un ser sin piedad que solo se preocupa por su propia supervivencia, y ha causado dolor y sufrimiento a lo largo de la historia. Carece de empatía y solo se preocupa por él mismo, mostrando rasgos de psicopatía o sociopatía.
Por otro lado, Nezuko Kamado, la hermana del protagonista que fue convertida en demonio, se muestra como alguien que lucha contra sus impulsos para no lastimar a los demás o causar daños. En la vida real, sería ver a alguien que lucha contra un trastorno mental o una adicción.
La justicia
Aunque se trate de seres malvados, Tanjiro cree en el perdón y en la redención de las personas, incluso en los que se han convertido en demonios. Pero dicho perdón, no viene de la mano de la absolución. Tanjiro logra empatizar hasta cierto punto con estos asesinos. Como se muestra por ejemplo al final de la batalla contra los hermanos Daki y Gyutaro. El protagonista se ve reflejado, junto con su hermana Nezuko, en la imagen de ambos demonios. Se pregunta si sus vidas hubiesen sido distintas, como la de Daki y Gyutaro que estuvo marcada por el maltrato y el rechazo, si él y su hermana no se hubiesen convertido en malas personas.
Para el psicólogo Robert Enright el perdón no significa justificar las acciones malvadas de alguien, sino más bien liberarse del dolor emocional y avanzar hacia la curación.
Dos ejemplos que se contraponen, son los de Nancy López, una argentina que en 2019 abrazó y perdonó al asesino de su hijo. Declarando en el diario El Tiempo que: “Yo perdoné, como mamá del chico que mató, como cristiana, pero los jueces tienen que dar una sentencia. En la justicia terrenal cada acto tiene sus consecuencias”. Mientras que en 1984, Leon Gary Plauché asesinó de un disparo y delante de las cámaras a Jeff Doucet, quien había secuestrado y abusado sexualmente de su hijo.
Martha Nussbaum, filósofa de la Universidad de Chicago, argumenta que, si bien la venganza puede ser un acto de maldad en algunos casos, también puede ser justificada en ciertas circunstancias. La especialista sostiene que la venganza no debe ser la única respuesta a una ofensa, pero que puede ser una forma legítima de expresar ira y buscar justicia en algunos casos.
La venganza
Otro motivo que la serie explora que empuja a una persona a cometer malas acciones, es la venganza. Un motivo por el cual cualquier persona, en casi cualquier etapa de su vida, se puede ver expuesto. En la serie se puede ver el caso de la tercera luna superior, el demonio Akaza, que al ser humano cae en una espiral de venganza y muerte, luego que sus seres queridos son asesinados por envidia. Este decide convertirse en demonio por la convicción de que solo los fuertes merecen vivir.
Otro caso es el de Shinobu, la pilar del insecto, que luego del asesinato de su hermana mayor, y justo encuentra de los deseos de esta de que tenga una vida normal, ella se llena de odio hacia los demonios, llegando a disfrutar asesinarlos y torturarlos. Además, está dispuesta a llegar a medidas extremas con tal de matar al demonio que asesinó a su hermana.
La lista de motivaciones que empujan a los personajes, o a las personas en la vida real, es larga. Y si bien la serie quizás no busca enumerarlos todos, sí crea conciencia sobre que en muchas ocasiones siempre hay una historia detrás. Y aunque muchos toman decisiones malvadas, como los demonios, debido a sus circunstancias o su propia naturaleza, otros personajes, como Tanjiro y sus amigos, optan por hacer el bien, incluso en situaciones extremadamente difíciles.
