“Yo llegué acá a Turquía y en la etapa donde estamos ya me siento ganadora”.
Así lo manifiesta Karina Linnett, la representante de Panamá en el reality show turco El Poder del Amor 2, el denominado experimento social donde mujeres y hombres van en busca del amor.
Pase lo que pase de aquí en adelante, la panameña (24 años de edad) resalta que se ha conectado con una gran cantidad de personas de distintos países, ha hecho increíbles amistades y, de forma inesperada, encontró una “pareja que me aprecia y quiero mucho”. Se trata de Asaf Torres, el representante de Puerto Rico en el popular reality.
“Si te soy honesta, siento que gané. Si el día de mañana me voy o si en la final gano o pierdo, me siento ganadora”, expresa Karina a La Prensa, desde Estambul Turquía, donde se graba el programa, que es transmitido en Panamá a través de TVN Canal 2.

Sobre Asaf, la panameña revela en esta entrevista que “fue una conexión inesperada, pero creo que a eso vinimos”. “La relación desde el inicio fue linda, detalles, sonrisas, nervios, eso se mantiene”, comenta.
Karina señala que, como suele pasar en toda pareja, con el pasar del tiempo ambos se encontraron con cosas que simplemente no conocían el uno del otro. “Hemos tenido nuestras discusiones, nos han criticado mucho, pero para todo eso tengo la misma respuesta: ninguna relación es perfecta y nunca he dicho que la mía lo fuese”. Según dice, lo más importante es solucionar las distintas situaciones y seguir adelante.

Sobre el programa televisivo, la panameña afirma que “ha sido todo lo que jamás me imaginé”. “No pensé que estar en un reality me iba a llevar a sentir tantas emociones a la vez, tanto buenas como malas... felicidad, empatía, tristeza, impotencia, molestia, todo lo he sentido acá”, revela. “Llega un momento en que no quieres estar acá, sientes tanto hate”, admite.
Asegura que ha resentido la presión causada por las redes sociales. Sin embargo, gracias a los consejos de la conductora del programa, y el de sus propios compañeros, dice que ha podido superar esta etapa.
“Penélope [Menchaca] en una de las galas me dice ‘te estás consumiendo tu paz mental por algo tan pequeño, si la gente no te quisiera no estuvieras aquí adelante”, recuerda Karina, quien lideró la casa de El Poder del Amor 2 durante varias semanas consecutivas.
El formato establece que los chicos y chicas participantes no podrán verse fuera de la casa del 'reality show'.
“Estoy siendo yo y esto es un reality, se trata de demostrar quién eres: uno llora o está feliz y a veces uno se molesta. Me he mostrado tal cual y me siento feliz de que la gente se identifique con eso”, dice la panameña, quien agradece el respaldo recibido hasta el momento.
CONOCIENDO MÁS DE KARINA
Pero, ¿quién es la representante panameña en el reality show turco? Karina Linnett Marquínez nació en la ciudad de Panamá. Tiene 24 años de edad. Su familia paterna es del corregimiento de Volcán, provincia de Chiriquí, mientras que la materna es de la capital. Ella ha crecido y vivido la mayor parte del tiempo en el corregimiento de Don Bosco.
“Desde chica me ha gustado el deporte. Siempre he sido una persona muy competitiva. Me gustan los deportes en equipo y los individuales”, describe. En la escuela practicó fútbol y atletismo. Y hoy día lo hace con el flag football.
La casa de 'El Poder del Amor' está llena de cámaras. Los concursantes pasan allí ocho horas diarias.
Se graduó de turismo bilingüe y actualmente estudia producción audiovisual ya que –según comparte– le gusta la producción de videos y crear contenido tanto para ella como para distintas marcas.
“Me la he pasado estudiando y trabajando a la vez, sin dejar de lado ninguna de la dos. He sido salonera, modelo, he repartido panfletos, he pasado por trabajos que la gente ni se imagina, pero estoy feliz de donde estoy en este momento”, aclara.

EXPERIENCIA EN TELEVISIÓN
¿Cómo llegó Karina a la televisión? La joven relata que esto se dio por “pura casualidad”. “Estábamos en exámenes finales, donde me tocaba hacer un video y me metí como presentadora. Allí el profesor me dice: ‘tu talento no está detrás sino delante de las cámaras”, recuerda.
“No lo quise aceptar”, recuerda Karina al referirse al comentario hecho por su profesor, hasta que la llamaron para un casting para un programa deportivo televisivo.
Así inicia su faceta como presentadora de deportes, el que “además de verlo y saberlo también lo jugaba, lo que se me hacía fácil... me sentía cómoda”.
Luego se le presentó la oportunidad de participar en un programa de televisión sobre competencias, precisamente por el hecho de que además de ser presentadora también hacía deportes.
Ya en otra ocasión le ofrecen para ser presentadora de una temporada televisiva de verano, pero contrae la enfermedad covid-19.
“Me dio un covid-19 bastante fuerte donde pensé que mi oportunidad se me estaba saliendo de las manos”, explica. Es más, relata que hasta la fecha uso un inhalador para respirar mejor.
Para aquel entonces ya había hecho el casting virtual para El Poder del Amor 2, pero luego del mes de eso no se habían contactado con ella. Sin embargo, en ese lapso cuando todavía se estaba recuperando de covid-19 es informada de que fue seleccionada para representar al país en el reality show. “Todo pasa por algo”, afirma hoy día.

EXPERIENCIA EN TURQUÍA
A finales de marzo pasado llega a Estambul, para unirse al denominado experimento social donde representantes de distintos países latinoamericanos esperan hallar un amor de pareja.
Cuenta que lo más difícil de adaptarse a esas primeras semanas fue el frío y el cambio de horario (son ocho horas de diferencia entre Panamá y Turquía).
Como anécdota especial dice que el primer día de grabación del reality decidió –junto a su compañera de cuarto, la ecuatoriana Nathalie Carvajal– que era mejor no intentar conciliar el sueño.
“Recuerdo que eran las 6:00 a.m. y a las 8:00 a.m. debíamos estar bañadas y listas para salir. Ni lo intentamos, donde nos quedáramos dormidas nos dejaban”, agrega.
Además de extrañar a su familia, echa de menos la comida panameña. “Acá no tengo patacones ni harina, los granos son diferentes”, señala Karina Linnett, entre risas.


