Streaming: Emisión continua en internet, ya sea de un suceso mientras ocurre o de un archivo sin necesidad de descarga previa. Es la definición del funcionamiento del sistema de este tipo de consumo en línea, según la Fundación del Español Urgente (Fundéu), que opera bajo el asesoramiento de la Real Academia Española (RAE).
La Fundéu se refirió al streaming en febrero de 2013 cuando el término ya era popular de la mano de plataformas que se tornaban masivas, como Netflix, para películas, series y otros contenidos audiovisuales, y Spotify, en el renglón musical.
Ambos servicios, y muchos otros que siguen de cerca la estela, han convertido el modelo de consumo streaming en la piedra angular de una propuesta que contrasta con las tradicionales, al poner al alcance de los usuarios enormes “bibliotecas” digitales de música y videos que pueden ser consultadas el día y hora que se antoje, por el tiempo que sea, y sin descargar ni comprar necesariamente el contenido.
Apple y Google son los gigantes tecnológicos que han anunciado recientemente nuevas alternativas para consumo vía streaming (Apple Music y Google Play Music, respectivamente).
En el juego también están otras plataformas como Tidal, Deezer, Rhapsody, además de YouTube, uno de los primeros sitios que permitió a los usuarios disponer al libre albedrío de los contenidos, sin restricciones de horarios o duración.
Amazon, Microsoft, Facebook, Sony y Disney son otros gigantes tecnológicos y/o de entretenimiento que preparan propuestas en el campo del streaming, sin olvidar la industria de los videojuegos, que también ha incursionado en el campo. Expertos en la materia han llamado al asunto “la guerra del streaming”.
“El futuro del consumo definitivamente radica en el sistema streaming”, afirmó a este diario Gustavo Diament, director de Spotify para América Latina, en diciembre de 2013, cuando el servicio llegó a Panamá.
Y palabras similares aportó Kari Pérez, sénior manager de relaciones públicas de Netflix: “Pronto se irán acortando los tiempos entre los estrenos de películas y series y su llegada a los servicios en streaming (...) Ese futuro ya empezó”.
Cifras del 'streaming'
No existe una cifra absoluta sobre el crecimiento del consumo de contenidos digitales vía streaming, pero sí hay pistas que dejan una idea clara. La primera referencia es el aumento de usuarios de las plataformas líderes de la tendencia: Netflix (va por 62 millones de usuarios) y Spotify (ronda los 75 millones).
Una medición a cargo de la revista Billboard, durante el primer semestre de 2015, registró un crecimiento del 92% en el uso de plataformas streaming en Estados Unidos (EU) respecto al mismo período en 2014.
La demanda por servicios de videos se incrementó 109%, mientras que la de música subió al 74% en EU, añadió el reporte.
Tampoco hay cifras específicas para establecer el crecimiento del consumo vía streaming en Panamá. Netflix no da pistas de sus cifras específicas en la región latinoamericana, pero en el campo de la música, la que se oye por sistemas streaming en Centroamérica representa el 36% del total de demanda de sonidos digitales, un crecimiento del 113% en 2014, detalla Harold Chávez, de Universal Music.
¿Fin de la piratería?
El streaming “acabará con las descargas ilegales”, dijo convencido Hans-Holger Albrecht, consejero delegado de Deezer, plataforma musical que le sigue los pasos a Spotify, en junio pasado durante la 49 edición del MIDEM (mercado internacional del disco) de Cannes, Francia.
“El streaming es el futuro (...) No veo ninguna razón para piratear música. Hoy alguien puede acceder a cualquier catálogo gracias a servicios como Deezer, que permiten descargarlo y escucharlo offline por un precio fijo. Es la gran alternativa a la piratería”, señaló Albrecht a los medios que cubrían la actividad anual.
Hablan los usuarios
Laurentino De Vega es un usuario fiel de contenidos digitales, tanto que hace un tiempo abandonó el servicio de cable que pagaba y lo cambió por todo el material que podía encontrar gracias al sistema Roku de TV digital que adquirió hace unos años.
“Desde que tengo el aparato Roku, que aglutina miles de canales en formato digital, no he tenido la necesidad de acceder a contenido pirateado, ya que la espera para que el material original y legal salga al aire es de solo unos tres a cuatro meses desde que sale en el cine o se estrena”, asegura De Vega.
“Cada vez hay más series de televisión, música y contenidos que acceden al streaming, están disponibles en full HD por precios sumamente bajos o, incluso, se añaden las mensualidades de Netflix y otros servicios, lo cual resta la necesidad de buscar alternativas ilegales para descargar en una computadora y luego pasar a una TV”, sustenta el usuario.
En tanto, Ricardo Arrocha es otro consumidor de material musical y audiovisual que casi se ha olvidado de la televisión, la radio y los discos tradicionales. Sus preferidos son los títulos de antaño, tanto programas como películas y discos.
Por eso, Arrocha pasa horas y horas conectado a YouTube. “Si quieres ver un contenido de la década de 1980 o 1990, no tienes que buscarlo en sitios piratas e inseguros. Están en YouTube, no siempre con el consentimiento de los propietarios intelectuales, pero al menos sabes que no estás navegando en algún portal dudoso. Para mí, YouTube es el mejor ejemplo del consumo streaming, y su alta demanda es la prueba de que es el futuro del consumo de masas en esta materia”, sostiene.
¿Por qué buscar material en sitios piratas si lo puedes consumir en plataformas legales, con la calidad correspondiente y sin pagar nada o muy poco?, se pregunta Arrocha.
Tendencia en Panamá
En Panamá hay opciones disponibles, como Apple TV o Chromecast para la televisión, y por los lados de la música existen más alternativas, encabezadas por Spotify, pero aún la tendencia del streaming no llega o se consolida del todo en el país, consideran De Vega y Arrocha.
No obstante, añaden que cada vez es más común escuchar a las personas en Panamá hablar de estas alternativas de consumo y, por ello, esperan que la tendencia entre de lleno en los siguientes años.
