Dueños de empresas con una trayectoria intachable en la comunidad y con sólidos estados financieros. Este es el nuevo perfil de las personas que buscará el crimen organizado ahora que los microempresarios intentan reactivarse tras más de dos meses de confinamiento.
Así lo plantea Eduardo De La Torre, de la Fiscalía Segunda Especializada en Delitos Relacionados con Drogas, quien señala que para la criminalidad no hay cuarentena ni suspensión de términos judiciales.
Más bien, dice, el aumento sustancial de las transacciones en línea, tanto locales como internacionales, durante este confinamiento, que empezó en marzo pasado y afectó a millones de ciudadanos en todo el mundo, es la oportunidad ideal para los lavadores que han acumulado millonarias sumas de dinero.
Una página para denunciar delitos
Crime Stoppers y el Ministerio de Seguridad habilitaron el año pasado la página www.tupista.org para que los ciudadanos hagan denuncias anónimas. Hasta ahora, allí se han canalizado 820 denuncias, 165 de ellas por drogas, 64 por lavado de dinero y 34 por trata de personas.
“La modalidad será la de introducir pequeñas cantidades de dinero, de $20 mil a $50 mil [en el sistema financiero ]”, dijo.
Pero en la calle eso se traduce en sangre. De hecho, los más recientes casos de homicidios en Panamá, San Miguelito, Panamá Este y Los Santos, según el ministro de Seguridad Pública, Juan Pino, tienen relación con el crimen organizado. La semana pasada, Pino anunció que junto al Ministerio Público han hecho 33 allanamientos en busca de células de estas bandas criminales que desafían el poder del Estado.
Los delitos que anteceden al lavado
Los delitos precedentes del blanqueo en Panamá, según un análisis de la Comisión Nacional contra el Blanqueo de Capitales, Financiamiento del Terrorismo y de la Proliferación De Armas de Destrucción Masiva, se resumen en tres.
El primero es el narcotráfico, por la ruta de la droga que se genera en los países andinos y pasa por Panamá para el traslado hacia el norte de América, o en menor medida hacia Europa.
Además, figuran otros que utilizan las mismas rutas del narcotráfico. Por ejemplo, el tráfico de migrantes, que también usa la ruta hacia el norte de América y la ruta de las armas del norte de América hacia Sudamérica.
Además, está el contrabando y los delitos contra la propiedad intelectual. Generalmente el contrabando o la falsificación se hace en países como China y Perú. Estos productos son reexportados aquí hacia América del Norte o Sur.
En ese documento se concluyó que los sectores con más alto riesgo son las zonas francas, las inmobiliarias, la construcción y los servicios legales. En un riesgo medio, en tanto, se catalogaron los contadores, las empresas dedicadas a la compra de vehículos nuevos y usados, las casas de cambio y de empeño y los comercializadores de metales y piedras.
Como un riesgo bajo se mencionan bancos estatales, correos del Estado, notarios y transporte de valores.
Solo entre 2015 y 2019, la Fiscalía Especializada contra la Delincuencia Organizada investigó 83 casos de blanqueo de capitales, entre ellos los denominados Odebrecht, Blue Apple, High Spirit y Jal Offshore, en los que figuran empresarios y políticos.
Ante todo esto, el fiscal De La Torre recomienda a los empresarios o a aquellas personas que tienen un emprendimiento tener sumo cuidado, ya que el peligro de una infiltración criminal no sólo está en la actividad comercial a la que se dedican, sino que también puede provenir de clientes o contratistas.
Por ejemplo, negocios o servicios que se pagan por encima del precio del mercado sin sustento son sospechosos. “Reporte cualquier irregularidad de este tipo a la institución bancaria, que hará las debidas diligencias con las autoridades correspondientes. De lo contrario, se verá envuelto con una organización criminal”, aconseja.
Alejandro Campos, director regional de Crime Stoppers, una organización que administra una plataforma virtual para presentar denuncias anónimas, en conjunto con el Gobierno, señala que el crimen organizado dispone de cuantiosas sumas de dinero que no ha podido lavar en el sistema bancario, por lo que durante esta reapertura gradual usará todo su ingenio con ese objetivo, aprovechando la falta de liquidez.
Por ejemplo, se pueden dar casos de personas que quieren sumarse a un emprendimiento aportando un buen capital o empresas financieras que ofrezcan créditos muy blandos. Todo esto debería disparar las alertas, porque probablemente no es dinero ganado a base de sudor y trabajo, sino aquel manchado de sangre, en el que las víctimas son los ciudadanos.
