El pastor Edwin Álvarez es la cara más visible de la comunidad evangélica panameña. Su presencia se asocia a temas religiosos, en específico a la iglesia Hossana, donde es conocido como apóstol.
Sin embargo, en julio de 2013 Álvarez fue noticia por otros asuntos: irregularidades en la compra y venta de tierras en Chiriquí.
Según el ganadero y comerciante Ricardo Sittón, su padre le había dejado en herencia propiedades en Alanje y Boquerón, tierras que Álvarez adquirió.
No era la primera vez que Álvarez era señalado por supuestamente acaparar terrenos en Chiriquí de forma fraudulenta. En 2011, campesinos de Bugaba lo denunciaron por comprar terrenos ilegalmente.
Por el caso de 2013, un tribunal de la provincia de Herrera le prohibió salir del país, además de que tendría que presentarse dos veces a la semana ante el juzgado correspondiente.
El pastor prefirió callar, para no alimentar el morbo, señaló en varias oportunidades. En otras ocasiones atacó los reportes periodísticos.
También reveló que el entonces presidente, Ricardo Martinelli, lo había llamado para preguntarle por su caso. El mandatario reiteró su apoyo en Twitter a finales de agosto. Un día después, el Ministerio Público revocó las medidas cautelares.
Álvarez negó la posibilidad de la influencia política en su caso. Seis meses después, untó de aceite la frente de todos los candidatos presidenciales.
