El futuro del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski será decidido el próximo 22 de marzo por el Congreso dominado por la oposición, que este jueves 15 de marzo aceptó discutir una moción para destituirlo, tres meses después de que fracasara un pedido similar.
"Ha sido admitida la moción de vacancia" presidencial, dijo el jefe del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta, tras una votación efectuada luego de un debate de 45 minutos.
La moción para destituir al mandatario por "incapacidad moral" será discutida y votada el jueves 22, según acordaron los jefes de bancadas, horas después de que fuera aceptada a trámite por el plenario del Congreso con 87 votos a favor, 15 en contra y 15 abstenciones.
Kuczynski, asistido por un abogado, podrá hacer sus descargos en esa sesión. Para ser admitida a trámite necesitaba 51 votos. Y para que la vacancia sea finalmente aprobada se requieren 87 votos, los mismos que consiguió la aceptación de la moción este jueves.
"Han obtenido el número exacto que necesitan para destituirlo. Es un número que puede subir o reducirse (...), lo que hace presagiar que va a haber una guerra subterránea a muerte entre ambos bandos", dijo a la AFP el analista político Luis Benavente.
Kuczynski, un empresario y banquero de derecha de 79 años, es acusado de haber mentido sobre sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, que ha admitido que hizo millonarios pagos ilegales a políticos en Perú.
La amenaza de destitución ha generado incertidumbre en el país que será anfitrión en abril de la Cumbre de las Américas, a la que asistirá el mandatario estadounidense Donald Trump y una treintena de gobernantes. Hasta el venezolano Nicolás Maduro ha dicho que acudirá a este cónclave, aunque Lima lo eliminó de la lista de invitados.
Dos partidos minoritarios de izquierda lanzaron la moción después de que Kuczynski indultó al exgobernante Alberto Fujimori en Navidad. Sin embargo, el pedido presentado al Congreso menciona solo las "mentiras, engaños y graves conflictos de interés" del mandatario ante Odebrecht.
Esto le granjeó el apoyo del partido Fuerza Popular (derecha populista), la mayor fuerza política del país, que lidera Keiko Fujimori, la hija del exgobernante.
"No tengo nada que ocultar y estoy dispuesto a declarar con total transparencia ante las instancias correspondientes", tuiteó Kuczynski, después de declarar este jueves como "testigo" ante el fiscal que investiga el escándalo de Odebrecht.
Como lo dije desde un inicio, no tengo nada que ocultar y estoy dispuesto a declarar con total transparencia ante las instancias correspondientes.
Como lo dije desde un inicio, no tengo nada que ocultar y estoy dispuesto a declarar con total transparencia ante las instancias correspondientes.
— PedroPablo Kuczynski (@ppkamigo) March 15, 2018
Por el momento no ha comentado la decisión del Congreso ."Yo me voy a defender y no renunciaré", había dicho Kuczynski la semana pasada, afirmando que su "conciencia está limpia" y que no se dejará vencer por "traidores".
Si Kuczynski fuera destituido por el Congreso, corresponde constitucionalmente que asuma el poder el primer vicepresidente de Perú, Martín Vizcarra, quien ejerce además como embajador en Canadá. El oficialismo esperaba que Vizcarra manifestara su intención de no aceptar el mando, algo que ya prometió la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz. Sin embargo, él ha sido ambiguo, diciendo solo que respetará la Constitución.
Por coincidencia, Vizcarra cumple 55 años de edad el día en que se votará la destitución de Kuczynski. Si ninguno de los dos vicepresidentes asume el mando, lo debe hacer el presidente del Congreso, quien tendría que convocar a nuevas elecciones. Este escenario no lo desea ningún partido en momentos de desprestigio de los políticos por los escándalos de Odebrecht.
El temor a comicios adelantados juega a favor de Kuczynski, pero la falta de apoyo explícito de Vizcarra lo hace en su contra, según los analistas. Kuczynski está en el ojo del huracán desde que en diciembre Odebrecht reveló que había pagado casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a él mientras era ministro. Hasta entonces el mandatario había negado todo lazo con la constructora.

